Un hombre de ojos ejemplares a los tonos color pastel de un arcoiris miraba lo que ocurria, gente se peleaban entre si, como si de perros y gatos se tratasen, rodó los ojos con fastidio por el alboroto que causaban, a pasos lentos se adentro en la carpa que estaba atrás de él, donde se encontraban el general y el hijo de este.
- Las lunas de sangre han atacado aquí, aquí y aquí - menciono el general Soyama señalando en el mapa los ataques próximos que harían - Conduciré a las tropas principales al paso y Detendré a Kibutsuji antes de que destruya más aldeas - hablo firmemente.
- Una excelente estrategia Señor Soyama - vaciló el de ojos coloridos, riéndose.
- Akaza, hijo, te quedarás a entrenar a los nuevos reclutas, cuando Douma los considere listos se unirán a nosotros...capitán - ante lo último dicho sostuvo una espada y ofreciéndole a su hijo, hablando orgullosamente. Sabía que su hijo haría un buen trabajo.
- ¿Está seguro Señor Soyama? Es una enorme responsabilidad - dijo el emisario que estaba abriendo su abanico y en segundos taparse la mitad de su cara con el objeto, supuso que pondrían a alguien con un conocimiento para liderar, y no a alguien que es impulsivo.
- Uno de los mejores en su clase, un gran conocimiento de técnicas de entrenamiento y un sorpréndete linaje militar, creo que Akaza hará un excelente trabajo - hablo sonriéndole a su hijo. El peli-rosado solo le devolvió el gesto.
- Brindaremos por la victoria de china en la cuidad imperial, espero el informe completo en tres semanas, bueno me retiro - dijo el hombre levantándose dirigiéndose a hacía las afueras de la carpa.
- Será un espectáculo para mí ver cómo instruyes a esos monos hediondos, Akaza-dono~ - menciono juguetonamente el emisario antes de salir carpa ubicándose al costado de el padre de Akaza.
El peli-rosado lo miro fijamente observando cómo se retiraba el hombre de ojos coloridos, el haría un gran trabajo instruyendo a las personas que se encontraban por el campamento para que el arcoiris con patas le dejara de joder. Agarro firmemente la espada y atandola entre su cintura y cadera, dió un gran suspiro para luego dirigirse en dónde estaba su padre y Douma.
Estaban petrificados todo estaba un alboroto, comida derramada por el suelo y siendo aventada de un lado a otro, animales por doquier, carpas tiradas y gente peleando como si no tuvieran moral alguno.
- Buena suerte, capitán - dijo general dando unas palmaditas en el hombro a su hijo y así sin más se fue junto a su tropa.
Douma miraba fijamente a Akaza queriendo saber cuál sería su siguiente movimiento, el cabellos rosados bufo mientras se dirigía hacia donde estaba el alboroto.
- Soldados - hablo firmemente Akaza, los soldados retrocedieron y comenzaron a señalar a un chico de cabello rubio con puntas rojas que se encontraba en el suelo en posición fetal tapándose fuertemente la cara con las manos al mismo tiempo todos gritaron acusándolo de que el había sido el que había empezado el escándalo. El chico que estaba en el suelo a darse cuenta que lo observaban y hablaban de el, empezó a levantarse lentamente, limpiando la tierra que tenía en su vestimenta.
- No quiero buscapleitos en mi campamento - dijo el peli-rosado acercándose amenazadoramente al chico de cabellos flameantes.
- Perdone - susurro con la cabeza hacia abajo - Lamento que haya presenciado una escena haci pero ya sabe esas inquietudes de golpear algo, de arreglar cosas y... - antes de terminar de decir su escusa, Kyojuro sintió unas manos en sus hombros que le apretaban con algo de fuerza, haciendo que retrocediera un poco.
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Mulan [ AkazaxKyojuro]
RomanceKyojuro Rengoku, un joven Omega, hijo mayor de la familia Rengoku, cuando el emisario imperial lleva a cabo la orden de reclutar todos los alfas y solo a hombres betas de cada familia, este se fugara de casa con la intención de alistarse en el ejérc...