Kim Sunoo, alías, cupido, es un aprendiz harto de que la única pareja que está destinada desde hace años, por el amor tan fuerte, puro y sincero que se tuvieron, ¡No esté junto! Es más ¡Park SungHoon odia a su destinado! No lo entiende, así que en...
Sunoo no sintió ganas de ver qué estaban haciendo HeeSeung o SungHoon, junto a Jay se habían encaminado hasta cupido, quien cuando vió el estado de Sunoo, su mejor alumno, se sintió culpable, él fue quien lo retraso para hacer su trabajo, pero debía dejar sus sentimientos de lado, debía tener mano dura y aplicar el castigo.
—Al verte puedo deducir que no cumpliste tu trabajo, no hay nada que pueda hacer, la pareja destinada que por generaciones no estará junta por primera vez, rompiendo así, el hilo, por lo que, habrá necesidad de un cupido y cuando menos nos demos cuenta, ellos ya no estarán destinados, ¿Conoces las personas que jamás tienen pareja? Son aquellas las cuales los cupidos jamás juntaron, pagaron con la muerte por no hacer su trabajo y ahora bien, por desgracia, ya no hay nada que puedas hacer ahora, la única oportunidad fue desperdiciada, así que, me hago responsable ahora de tus flechas y tú arco, estás oficialmente expulsado de la academia Cupido's Angels.
Fue cínico, Jay quería gritarle y decirle tantas cosas horribles, pero se contuvo, Sunoo sólo asintió y le dió lo que le había pedido, suspiró y vió su corona de corazones, habían desaparecido cinco más, cuando ya no haya más, morirá siendo polvo de Ángel.
Junto a Jay, salieron, caminaron por todo el cielo, algunos ángeles apuntaban a Sunoo y unos Cupidos se burlaban de él, ¿Cómo era posible que no juntara a la pareja que se le fue asignada? Una completa deshonra.
Jay no sabía que hacer para evitar la muerte de su mejor amigo, caminaron hasta el agujero donde vigilaba a la pareja y simplemente cambio su vista a Jaeyun, Jay al ver al chico frunció el ceño, vió como Sunoo mordía su labio inferior con una pequeña sonrisa y luego, lloraba, sollozaba soltando pequeñas palabras.
"No lo volveré a ver, Jay-ssi, jamás lo volveré a ver"
El mayor tomó la mano de Sunoo, mirando como de esta crecía un hilo rojo y bajaba por el agujero. Por primera vez, vió como el destino se creaba por sí sólo.
Quería llorar al saber, que Sunoo moriría antes de saberlo.
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