JIRAFA JAZZ

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La noticia circuló muy rápido en las redes sociales. El influencer "Dreams Hunter" llegaría a Mazatlán en dos días, apenas era domingo y en el reino comenzaron los preparativos para la gloriosa bienvenida. De entrada, en el aeropuerto tocaría la Banda El Recodo de Don Cruz Lizárraga, para recibir a la familia Jirafa. La reina decidió contratar un Brontosaurio color azul para que diera un tour a los viajeros, su cuello medía 22 metros de altura, tendrían la mejor vista de la ciudad. Del aeropuerto hacia el castillo había una distancia de 45 kilómetros, a paso de dinosaurio eran 10 minutos de recorrido. Estar sobre la cabeza del "bronto camión" significaría tener más cerca al sol y sus ondas de calor los golpearían sin clemencia, para eso la reina contrataría un triciclo de Tejuinos "El Champion", que incluía ceviche de sierra, de cochito y agua de cebada.

A su llegada al reino, la decoración correría a cargo de la artista Perlushky Galvánica, desde las torres del castillo colgarían telas de color azul que simboliza la armonía y pendones amarillos para representar la felicidad. A bordo de sus bicicletas arribaron más de 200 camarones pedaleando muy rápido desde la Bahía de Escuinapa, ellos serían los meseros que atenderían a todos los invitados en el banquete real donde se comería jabalí asado con hacha de caramelo en la frente, ballena blanca con mermelada de chicles, sopa de serpiente en alas de ángel y arroz con leche como postre. La reina tenía a su cargo un director para los medios de comunicación, era Jorge Lozano, un ornitorrinco famoso por investigar las viejas historias del reino. Su patrona le encargó una misión muy especial, debía conseguir un instrumento musical para Melissa la Jirafa, su papá le pidió ese gran favor a la reina porque no quería que su hija estuviera triste, seguramente extrañaría a sus amigos. En la habitación real había una sabrosa conversación entre dos personas, en ese cuarto olía a comida recién hecha.

— ¿Qué instrumento le gustará a la niña? Su majestad. –Preguntó Lozano.

— No lo sé. – Respondió la reina mientras se comía una birria de Homo Sappiens con tortillas hechas a mano. – ¿Me viste cara de adivina? Soy una guajolota, no una bola de cristal para decirle el futuro. Sal de mi vista y déjame comer.

Lozano el ornitorrinco abandonó la habitación, traía el estómago revuelto porque la reina le echó mucha cebolla a la birria. Sabía que actuar rápido lo sacaría de un apuro porque los fotógrafos y reporteros no dejarían en paz a la familia Jirafa y él debía entregarle a la niña su instrumento antes de que todo eso pasara y bajaran del avión. Sí, eso haría. Sacó su teléfono celular y le marcó a su amigo Geovanni Oruga, un influyente crítico literario que era fanático de "Dreams Hunter". Le preguntó si conocía la historia de la familia Jirafa, quería saber si papá y Melissa habrían grabado un video juntos, o en solitario, donde ella dijera cuál era su instrumento musical favorito.

– ¿Y que no es más fácil si marcas al teléfono celular de su papá? –Dijo Geovanni la oruga.

– Ya lo hice, le llamé y no contestó. Seguramente lo trae en modo avión.

– Ja ja ja ja. Estás de suerte porque me sé la respuesta. Hace días Melissa subió un video a su cuenta de Instagram, escribió que estaba triste porque no podría participar en el concurso de talentos musicales. – Comentó la oruga choncha.

– ¿En serio? ¿Y cuál es el instrumento musical? –Insistió Lozano.

– La guitarra.

Inmediatamente el ornitorrinco cortó la llamada con su amigo Geovanni. Corrió hasta su oficina al otro lado del castillo, era un cuarto pequeño con varias computadoras encendidas y un aparato extraño que emitía una luz color naranja cuando se sentía una vibra extraña en el aire. Le ordenó a su asistente Judith, a quien de cariño le decía "Comadre" que fuera a la tienda de instrumentos musicales más cercana a comprar una guitarra y que la envolvieran para regalo. Lo que Lozano el ornitorrinco no sabía es que si a Judith le decías blanco, ella entendía negro o si le pedías un kilo de naranjas ella traía una bolsa con clavos. Alguien se metería en problemas muy pronto.