El mundo es tan diferente cuando se mira desde una ventanilla en forma de triángulo, era el pensamiento de Melissa a unos minutos a descender del avión. El viaje de dieciocho horas entre ambos continentes fue cansado para ella, lo único que quería en ese momento era bajar a tierra y estirar su largo cuello amarillo con pequitas de colores. Afuera del avión había un numeroso grupo de fans que querían ver a su ídolo, hacían transmisiones en vivo y morían por tomarse fotografías con la jirafa más famosa. Melissa pudo observar a dos morsas chimuelas que empujaban una escalerilla con ruedas para que los pasajeros del avión pudieran bajar. También venía alguien con mucha prisa, en su mano izquierda traía un maletín lleno de papeles, con la derecha sostenía su teléfono celular y parecía molesto mientras hablaba. Las morsas pegaron la escalera a la puerta principal del avión, dieron la indicación al piloto de que concluyeron su maniobra y el copiloto ordenó a la aeromoza abrir la compuerta. Con el cuello recostado sobre los respaldos de cinco asientos, Melissa miró que el señor Ornitorrinco ingresó al avión con una sonrisa que recorría todo su pico. Saludo de patas al "influencer" más famoso de Tiktok, conversaron unos minutos sobre cuáles serían las actividades de ese día, ambos estuvieron de acuerdo en el plan de trabajo y se dieron un abrazo. A sus once años Melissa no sabía de protocolos, menos de aeronáutica, que era la ciencia que estudiaba a los aviones, en su mente se molestó porque los inventores de estos aparatos no diseñaron techos más altos para animales como ella. Lozano el ornitorrinco la sacó de sus pensamientos justo cuando llegó "La Comadre" con el encargo de su jefe, envuelto en una caja que medía la mitad del tamaño de una guitarra.
– ¿Qué es esto? –Expresó el ornitorrinco, no podía fingir una cara de felicidad en ese instante cuando lo invadió el miedo y recordó el aroma a cebolla que le revolvía el estómago.
– Es el regalo que me pidió. –Dijo "La Comadre", se acercó al oído de su jefe para decirle algo muy despacito para que nadie la escuchara. –Es el saxofón que me pidió, compadre.
Lozano el ornitorrinco se aferró con todas sus fuerzas al respaldo del asiento más cercano que tenía, se empezó a marear, veía borroso, le dolía la panza y se desmayó frente a la familia jirafa. Cayó pico arriba con el traje arrugado, esto le causó malestar a Mamá Jirafa porque odia las arrugas y su esposo le tomó una fotografía al pobre Lozano. La imagen la subió a Instagram, escribió el "Hashtag" #Siyasabencomosoy Cua cua cua y se volvió viral 10 minutos después de haberla publicado.
— Ay, pobre de mi jefecito, fue tanta la emoción que no aguantó. Él quería darte este regalo de bienvenida. Anda, ábrelo. –Dijo la comadre.
Melissa le hizo caso a Judith, con sus pequeñas pezuñas empezó a desenvolver el regalo, pronto reconoció la forma del estuche y sin abrirlo reconoció el instrumento musical. La caja era color negra, tenía al frente una placa color plateado que decía:
"El rock es una piscina, el jazz todo un océano".
Carlos Santana.
Cuando lo abrió se encontró con un tesoro, era un Saxofón soprano curvo Thomann TCS-350, excelente en afinación, timbre y sonido. Una extraña energía le puso a Melissa los pelos de punta, no se asustó con esa sensación, más bien era como si pronto encontraría algo oculto en su alma que permanecía dormido y atado con hilos de oro.
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JIRAFA JAZZ
FantasyA sus once años, Melissa es una joven jirafa que intenta descubrir el verdadero significado de la felicidad. Su padre es un famoso influencer que, desde el Reino de Mazatlán, lo invitan a trabajar como el nuevo Director de la Felicidad y su misión s...