Él universo está llorando.-Kth;Jjk

11:04

Los vidrios caían sobre al suelo,provocando un ruido insoportable. Sus puños sangraban y las gotas de sudor bajaban por su delicado rostro.

Uno, dos, tres. Golpeaba una y otra vez los cristales de las ventanas con desesperación, y aúnque estaba acostumbrada, seguía asustandome.

Servicio social pagaba la renta de este cuchitril que teníamos como hogar, algunas paredes tenían algunos grafitis que los chicos habían hecho y faltaban algunos cristales que habían sido rotos. Nuestro jardín no era bonito, estaba descuidado y las flores que sembraba nunca crecían.

Baje aquellas escaleras con temor, y suspiré antes de llegar al último escalón.

Siempre que enfrentaba ante él, rezaba. Aunque hace mucho que ningún dios me escuchaba.

—Basta, Namjoon detente.- Ordene con temor en mi voz.

Mi hermano era una buena persona cuando se encontraba sobrio, pero aquello cambiaba cuando se encontraba bajo él efecto de alguna sustancia.  Solía ser una persona distinta y aquello comúnmente ocurría cuando Soonji llamaba, aquella mujer que decía a vernos dado la vida, solía destruirlo.

No recordaba su rostro ni tampoco su, voz, solo en memorias lejanas y ya deslavadas. No recuerdo la edad que tenía cuando se marchó de casa, solo recuerdo a mi padre  quien lloraba ahogado de alcohol durante las infinitas noches por su ausencia.

Namjoon solía hablar con ella de ves en cuando, pues estaba obligado hacerlo. Jamas dejo que ella hablara conmigo, ni que tuviese algún contacto con aquella mujer.

Y prefería no tenerlo.

—Dejame en paz de una maldita vez .- su voz salió en un tono agresivo, que hizo que mis pies temblaran.

Sus ojos se clavaron en los míos como estacas, se notaba tenso y algo molesto.  Siempre era lo mismo, no sabía en qué momento tendría que correr a cerrar la puerta de mi habitación con seguro o cuando tendría que llamar a alguno de los chicos que vinieran a quedarse en casa .

Sentía peligro.

Odia completamente cuando las cosas fallaban entre Namjoon y yo, pero supongo que no podía controlarlo. Trataba de comprenderlo, era solo un niño jugando a ser adulto, no tuvo la oportunidad de tener una niñez "normal" ni tampoco de disfrutarla.

Pero por más que lo comprendiera aquello no evitaría que me lastimara.

—Namjoon! Los vecinos llamarán a la policía si no te detienes, por favor detente.- Mi voz salió en una suplica, que él por supuesto ignoro.

—No quiero verte Bora, no regreses.- Escupió, mis piernas flaquearon y mi respiración se sintió cansada.

Camine de prisa hacia la puerta, pero fue entonces cuando aventó una de las botellas que se encontraban sobre el suelo. Esta alcanzo a golpear uno de mis hombros descubiertos.

¡crag! el ruido seco retumbó sobre mis oídos. Sentí mi respiración acelerar y mi corazón pálpito con desesperación.  Salí lo más rápido que mis pies me permitieron y mis lágrimas no tardaron en salir.

Camine sin rumbo alguno ignorando el dolor y las pequeñas gotas de aquel rojo metálico que se deslizaban sobre mi piel.

Me sentía confundida.
No sabía a dónde ir, había olvidado mi teléfono en casa y mi mente se encontraba vacia. Estaba por oscurecer y el frío empezaba a ser uno más intenso al igual que mi dolor.

Camine en dirección aquel antiguo muelle que parecía no gustarle a nadie por lo desolado y deprorable que este se veía.

Trataba de convencerme que mi situación no era tan mala, que había más gente con problemas aún peores. Pero por más que intentará consolarme, aquello no terminaría con mi dolor.