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Aquella noche no era nada en especial, la rutina era repetitiva cómo cualquier fin de semana. Chicos y chicas drogándose en alguna parte de la cocina, mientras que algunos otros peleándose en él jardín, las botellas de licor barato que adornaban mi sala, la música amenazando con hacer estallar los pocos cristales que aún se mantenían a pie, no había nada distinto. Simplemente un desastroso caos.

Lo odiaba. Te mentiría si te dijera que amaba mi ambiente, que me encantaba tener que alcholizarme hasta perder la conciencia, solo por qué mi vida era patética, nada de ello me gustaba pero no podía escapar.

Era triste. Él no tener algún otro lugar donde ir, donde realmente hubiera algo que me hiciera sentirme viva estando sobria. Dónde el ambiente fuese uno limpio, solo le pedía al universo que por una vez en mi miserable existencia alguien me amara.

—Me voy.- Hablo de repente, pero mis palabras apenas y son audibles para Jimin. Él rubio voltea a mirarme algo desconcertado y termina asintiendo.

Camino en dirección a la salida con algo de dificultad, mi casa se encuentra llena, pero a la vez está vacía.

La oscuridad de la noche provoca algo de tranquilidad en mi, las calles se encuentran desoladas y alguno que otro pequeño local de Busan se encuentra aún con las luces encendidas.

Entro aquella tienda de conveniencias al cuál recurría con frecuencia, es ahora un chico de baja estatura quien lo atiende y parece estar perdido en mi figura al verme.

—Bienvenida.- pronuncia cuando entrecierro la puertas de cristal.

Camino en dirección a los refrigeradores y tomo una botella de agua, busco algunas barras de chocolates en los estantes.

—Bora.- es pronunciado mi nombre con delicadeza.

Reconozco su voz al instante y aunque me pone nerviosa mirarle, lo hago.
—Jungkook.- pronunció está vez y sus ojos me miran con curiosidad. Tal vez por mi rostro maquillado y mi vestido escotado.

—¿Que haces aquí?.- pregunto.

—Sali a correr.- respondió.

— Yo doy un paseo nocturno.-respondo y el sonríe ligeramente.

Nos dirigimos al mostrador, mi mirada se dirige al reloj que está colocado en la esquina del establecimiento.

11:55 PM. bastante temprano para mí

—¿Encontraste todo lo que buscabas?.- pregunta aquel pelinegro. Asiento en respuesta.

— Serían 3000 wones con 75 centavos.- Menciona. Estoy por sacar los billetes de mi bolso cuando escucho su voz nuevamente.

—Yo pagaré.- Interrumpe Jungkook, entrega su tarjeta y lo miro con recelo.

Empezaba a molestarme, no me agradaba la idea de que alguien más pagará por mi, si bien estaba en la quiebra no me gustaba mendigar por caridad.

Tomo mis cosas y me dirijo a la salida.

—No tenías que hacerlo.- Le reclamo.

—Es por lo del otro día, por haberte cancelado la cita.- Defiende.
—Debi parecerte alguien deshonesto y no quiero que pienses que soy esa clase de chicos Bora.- confiesa y mantiene su mirada en mis ojos .

Me sorprende que sea tan abierto y tan correcto, cualquier otra persona solo hubiera pedido disculpas y se hubiera largado. Pero él... Él era muy distinto.

—lo se, eres muy diferente jungkook.- Mencionó. Y sonríe ligeramente de lado.

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Él universo está llorando.-Kth;JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora