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Los barrios bajos de Busan eran nuestros puntos más frecuentados durante los fines de semana, eran como un parque de diversiones él cuál amábamos visitar.

El departamento de Min Yoongi se encontraba cerca en un edificio algo antiguo donde mayormente lo habitaban personas marginadas y una que otra familia decente. Por aquello era nuestro escondite secreto donde romper las reglas estaba bien visto y nadie se quejaba.

Él aire azotaba los ventanales que se encontraban al descubierto,
el sillón donde nos encontrabamos era cubierto por una simple sábana de color verde. Su departamento no trasmitía calidez al contrario, era neutro y vacío. Pero por alguna extraña razón era cómodo.

Un piano algo antiguo estaba colocado en una esquina, algunos libros en suelo junto con algunas sábanas, una pequeña mesa donde Jimin empezaba a trazar líneas de aquel polvo blanco , no había nada que lo hiciera especial.

Solo Min Yoongi.

Una alma con espíritu de luchador, pero por alguna razón el universo no conspiraba a su favor. Era ingrato con él, y no lo merecía.

La música inundaba la habitación al igual que olor a cigarrillo barato, unas cuantas botellas de licor, nada fuera de lo común o ordinario en alguna de nuestras reuniones.

La puerta siendo tocada bruscamente interrumpió el juego de póker de los chicos.

—Bora puedes abrir la puerta debe ser él repartidor.-ordeno el chico de cabello menta.
Tropecé con unas latas vacías de cerveza hasta llegar aquella puerta metálica algo desgastada por los años.
mi semplante cambio al darme cuenta que se trataba de aquel castaño que hace unos días había estado atormentando mis pensamientos.

—Taehyung.-Murmure, pero el pareció ignorarme. Paso de largo sin voltear a mirarme.

—Tae hermano, pensé que no vendrías.-Exclamo Hoseok. Chocando su puño con él de Taehyung.

—Dos malditas semanas sin aparecerte Kim ¿Acaso estuviste enrrollado entre las piernas de alguna chica?.-Vacilo.

Todos parecieron reír ante el comentario de Hoseok, pero a mí no me había causado gracia alguna.

—Tal vez.-Respondio, tomando el asiento donde me encontraba hace unos segundos.

Estaba desconsertada por su acción, se había ausentado casi dos semanas. No había enviado mensajes, ni tampoco respondía a mis llamadas. ¿Acaso le había disgustado lo de la otra noche?

—Taehyung tenemos que hablar.- mi voz se escuchó sobre la música y lo tomo del brazo pero él lo aleja con brusquedad. Todos me miraron algo aturdidos y el castaño mantenía su mirada sobre la mesa.

Parecía estarme ignorando por completo.

—¿De que tienen que hablar ustedes dos?.- pregunto Namjoon.

—De nada, ella y yo no tenemos nada importante de que hablar.- respondió sin expresiones.

—Pudrete entonces.

Lo miro con molestia, los chicos nos miraban con confusión. No iba a responderle no quería lidiar con él.

Salí del apartamento hecha furia, no entendía el por qué se empeñaba tanto en ignorarme. Era tan confuso su extraño comportamiento hacia mi persona que en ocasiones lograba provocarme una cierta inseguridad.

Salí por aquellas inmensas puertas, el frío de la noche me hizo estremecer y la poca iluminación de la carretera me hizo sentir náuseas.

Me senté en una de las bancas de aquel parque que estaba a unos cuantos kilómetros del edificio de Yoongi, fumaria un cigarrillo y luego me iría.

Él universo está llorando.-Kth;JjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora