JungKook es un mago muy capaz, que se infiltra en la aldea vecina. Suyai es aquella aldea; que, al igual que la suya, es sostenida por cuatro pilares que la mantienen en pie.
Sin embargo todo lo que había venido preparando se va abajo cuando aquel m...
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JungKook mordió la manzana que había comprado. El consejo del pueblo lo había llamado para solo madre tierra sabe porque.
De camino a la sala de reuniones, pudo ver a varios de los aldeanos seguir su rutina normal. Así eran todos los días; incluso si muchos de ellos poseían una magia poderosa, preferían no usarla hasta hacerla desaparecer.
Era horrible a su parecer.
¿Cómo ellos podrían desperdiciar tanta magia que les servía para prosperar?
Negó con la cabeza, botando los restos de la manzana en el primer tacho que vió. Entrando a la gran casa.
Cuando estuvo en la sala de espera, la asistente lo reconoció al instante.
─ ¡Oh, joven Leone! El consejo lo citó en la segunda planta habitación del fondo. ─ El pelirrojo frunció el ceño, extrañado de ser llamado por su apellido en lugar de aquel apodo que los aldeanos molestos pusieron para él.
─ Gracias. ─ Se inclinó levemente, dándose la vuelta y siguiendo su recorrido hacia donde había indicado la señora.
Subiendo los escalones, se preguntaba que era lo que querían de él. Y estaba dispuesto a negarse si es que consideraba la idea muy descabellada.
No iba a matar a nadie, eso lo tenía claro.
Llegando a la habitación indicada, tocó la puerta, escuchando un "pase".
Entró confiado, frunciendo el ceño cuando se encontró con los pilares y al líder de la aldea.
─ Buenos días su excelencia, ¿por qué solicito mi presencia? ─ Dijo, lo más cortés que pudo.
─ Sí, Leone. Que bueno que vinieras, tenemos una misión importante para tí.
Jungkook frunció el ceño, acercándose más a aquella mesa redonda de madera.
─ Estoy a su disposición señor.
─ Antes de decirla, estás en derecho a negarte, ¿de acuerdo? ─ El pelirrojo asintió, no creyendo que sería algo muy malo. ─ Quiero que entres a la aldea Suyai, y ayudarnos a hacer una emboscada.
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