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JungKook peinó su cabello, la lechuza que supuestamente debía llegar ayer no lo hizo, su primer reporte había sido obviado

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JungKook peinó su cabello, la lechuza que supuestamente debía llegar ayer no lo hizo, su primer reporte había sido obviado.

Hoy iba a ir al lugar de entrenamiento de los pilares, y para eso tenía que seguir al omega de ayer.

Ayer en la cafetería no había podido sacarle información a TaeHyung, el omega parecía ser muy cuidadoso con la información que brindaba. Por supuesto, la taza de chocolate fue majestuosa, no lo iba a negar.

Cuando estuvo vestido salió de su casa, compraría alguna fruta en el camino.

─ Ahora, ¿cómo podría encontrarlo? ─ el alfa pensó, mientras tomaba su morral. Ahí recordó, en el recorrido de ayer, el omega había mencionado algunas fincas de familias importantes.

Apellidos y más apellidos, los que recordaba era, Edevane, Lefebvre, Philippe, y Weber. Esas eran los clanes más extensos y cada uno con un poder especial (que no había memorizado ni prestado atención).

Salió de su casa, alzando la vista para ver como un sonriente chico peli-rosa jugaba con los niños. A ese lo recordaba, era el omega de ayer que también era parte de los pilares.

Se acercó cuidadoso, tratando de no parecer un acosador, simplemente tratando de parecer un alfa normal que solo quería ver a los niños jugar.

─ ¡JiMin, JiMin! ─ Uno de los niños quiso llamar la atención del joven omega, que consiguió exitosamente cuando el peli-rosado presto toda su atención en él. ─ ¡Mire el nuevo hechizo que aprendí!

El cachorro movió su dedito en círculos, creando un suave y débil remolino de aire.

JungKook quiso reír, ¿cuántos años tenía ese niño? ¿Siete? A esa edad él ya estaba en la tercera fase de ese hechizo.

─ ¡Muy bien! Si sigues practicando posiblemente lo domines, eso es bueno. ─ La dulce voz de aquel chico lo tentó a rodar los ojos.

El pelirrojo jamás había sido una persona paciente, tal vez por eso le desesperaba que aquel chico se quedara mucho tiempo jugando con los cachorros, estaba a punto de irse a buscar por su cuenta, pero el joven se levantó, despidiéndose de los cachorros.

─ Bueno preciosuras, yo ya me marcho, los demás han de estar esperándome. ─ El peli-rosa empezaba a mover su mano derecha en modo de despedida, mientras se daba la vuelta, caminando hasta un lugar desconocido para él.

Los niños se despedían a lo lejos, mientras él esperaba a que se aleje cierta distancia. Cuando se cercioró de que estaba a una distancia prudente, empezó a seguirlo cuidadosamente.

El joven se detenía de vez en cuando, mirando algunas plantas en su trayecto. Pronto llegaron a un bosque, y aquello lo desconcertó por un momento.

¿El lugar de entrenamiento se encontraba en un bosque?

Velleitie ✧ KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora