JungKook es un mago muy capaz, que se infiltra en la aldea vecina. Suyai es aquella aldea; que, al igual que la suya, es sostenida por cuatro pilares que la mantienen en pie.
Sin embargo todo lo que había venido preparando se va abajo cuando aquel m...
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JungKook había cerrado los ojos un segundo, y cuando despertó TaeHyung ya había salido. Al ver que el cielo aún brillaba y las cremas aún estaban frescas en su espalda, supuso que no había pasado mucho tiempo.
Se vistió e intento salir, sin embargo escuchó una parte de la conversación de las omegas.
En su mente, todos los cables empezaron a unirse. La arma más mortal del ser humano, eran sus sentimientos.
Si lograba hacerse cercano a TaeHyung, o tal vez enamorarlo, podría tener una información más precisa.
Acomodó su cabello, y noto que su cuerpo estaba más relajado. Sonrió ante eso, por supuesto, el masaje de TaeHyung había hecho efecto.
Quito esos pensamientos de su cabeza, saliendo de la finca, encontrando que TaeHyung y JiMin se preparaban para un entrenamiento de esgrima.
─Buenos días, lamento tardar.
Todos voltearon a ver a la entrada, donde SeokJin se acercaba con una sonrisa.
Claro, había una pequeña falla en su plan, ese alfa. Era obvio que estaba interesado en TaeHyung, y podría interferir en el plan.
─Buenos días SeokJin ─saludó TaeHyung, terminando de ubicar los floretes─. Te quedaste con Lia, ¿no?
SeokJin asintió con una sonrisa, y JungKook frunció el ceño, ¿quién era Lia?
─Mmh sí, hablamos un rato.
Para su fortuna, todavía no habían recaído en su presencia. Así que se acercó con una brillante sonrisa.
─Buenos días SeokJin, lamento interrumpir su conversación, pero, TaeHyung ─lo llamo, a lo que el Omega volteó a verlo, algo sorprendido.
─JungKook, deberías estar descansando, ¿qué haces despierto? ─El pelirrojo se encogió de hombros.
─Bah, no mucho. Siempre me decían que me recuperaba muy rápido, o tal vez es que tú eres muy bueno.
TaeHyung rió, y asintió.
─Te tomaré la palabra. Pero querías decirme algo, dime.
─Bueno, si no es mucha molestia, quería seguir entrenando contigo.
El Omega alzó sus cejas, claramente no se esperaba aquello.
─No puedes, tu cuerpo posiblemente no resista.
La preocupación era notoria en la voz del Omega. JungKook se preguntaba si esa preocupación era común o era especial solo porque era él.
Le había quedado claro que su Omega estaba confundido por su presencia, y aunque su alfa también estaba inquieto, prefería ignorarlo.
No quería caer en instintos que puedan estropear su misión.
─Yo quiero hacerlo, sé que con el tiempo mi cuerpo se acostumbrará. ─JungKook intento convencer a TaeHyung, ignorando a los demás que parecían interesados en su conversación.
