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PASADO

El día de la fotografía

Jimin apretó los labios en una fina línea de disgusto cuando una de esas personas que no se esforzaba en mostrar cierta empatía se ofreció a tomarles una foto. Jungkook se mostró más partidario que el a la causa, y pasándole un brazo por los hombros, miró a la cámara con gesto contrito y Jimin puso cara de rigor.

Instantes después, Jimin desapareció sin preocuparse de aquella imagen. Jungkook se acercó al fotógrafo.

—Si no te importa, me gustaría quedarme con la foto.

***

PRESENTE

Seul, 14 de Febrero 11.am

Si había algo que Jimin detestaba de Febrero era el día de San Valentín, y no por tener que pasarlo solo, sino porque, durante los dos años que duró su relación con Eunwoo, éste nunca le había sorprendido con algo especial, ni siquiera un miserable detalle de cualquier gran almacén.

Eunwoo alegaba que el día de San Valentín era un invento absurdo, y que el amor hacia la pareja se demostraba día a día. Lo único que Eunwoo demostró durante los últimos seis meses fue llevar una doble vida. A pesar de todo, Jimin se esforzaba en jurarse a sí mismo que no lo había amado, pero cada vez que lo recordaba, un sentimiento de opresión se le asentaba en el estómago.

No sólo lo había amado, sino que además, lo había querido más de lo que él le había demostrado en todo ese tiempo. Seis meses después, y desenamorado a causa de la traición, no podía imaginar que se sintiera atraído y dispuesto a cometer el mismo error con Jungkook, el primo de su ex.

Soy tan estúpido que ni siquiera cambio de familia, se culpó a sí mismo.

Su gato persa de espeso pelaje pelirrojo se estiró boca arriba sobre su regazo para que lo acariciara. Ese había sido el único regalo que Eunwoo le había hecho y que verdaderamente merecía la pena. Eunwoo no lo soportaba, y quiso venderlo aludiendo a que el gato soltaba demasiado pelo, a pesar de que el era pulcro en exceso y todos los días aspiraba el sofá.

Tras la ruptura, y la intención por parte de Eunwoo de volver con Jimin, ante la negación del castaño, le exigió que le devolviera al gato. Por suerte, Eunwoo no era un gran amante de los animales, y ni siquiera se había molestado en colocarle el microchip, por lo que Jimin, que había sido precavido, pudo quedarse con el gato, y darle en las narices a su ex, lo cual tampoco había estado tan mal.

No lograba comprender por qué Eunwoo estaba tan empeñado en hacerle la vida imposible. Lo único que el quería era que lo dejase en paz. Se habían visto un par de veces tras la ruptura, y para Jimin era demasiado doloroso mirar los ojos del alfa al que había amado, y que luego le había traicionado.

Estaba viendo por enésima vez 'Mejor Imposible', una película que le encantaba y que siempre lograba levantarle el ánimo, cuando alguien llamó a la puerta. Supuso que era su amigo Tae, pues era el único amigo que tenía en Seúl. Evidentemente, a Soyeon, la omega con la que Eunwoo se había acostado,no podía considerarla a estas alturas como tal. Abrió la puerta sin detenerse a mirar quien era, y quiso cerrar la puerta al encontrarse con Jungkook, que llevaba la caja con sus pertenencias en las manos.

—Buenos días—le saludó, y Jimin adivinó que estaba cabreado—¿Puedes abrirme la puerta para que deje esta caja donde tú me digas?

Jimin se apartó de la puerta para dejarlo pasar.

—Déjala ahí mismo—le señaló un punto en el suelo que ni siquiera miró.

Jungkook se arrodilló para depositar la caja, y en cuanto se incorporó, le echó tal mirada recriminatoria que Jimin sintió el impulso de mirar hacia otro lado. Apesar de ello, le sostuvo la mirada con cierta insolencia. No quería demostrarle que los acontecimientos de la otra noche le habían alterado.

AMOR A SEGUNDA VISTADonde viven las historias. Descúbrelo ahora