tú solo… te ves tan jodidamente bonita. Siempre te ves bonita hasta las cenizas, pero hoy eras otra cosa.
tienes el cabello recogido en un moño prolijo, mechones de cabello enmarcando tu rostro maquillado. Llevabas un delineador de ojos blanco y alado que hacía juego con tu vestido blanco y Ash jura que pareces un puto ángel.
un ángel enviado del cielo, sólo para él.
le sonríes brillantemente, como siempre la luz en su mundo oscuro. él no sabe cómo lo haces, siempre logrando encontrar algo bueno en todo.
incluyéndolo a él.
no es estúpido, sabe que el negocio en el que está es peligroso y no está hecho para alguien como tú.
eras todo sol y arcoíris, brillo de labios color melocotón y chispas mientras el mundo en el que vivía era oscuro y gris, drogas, armas y violencia.
no supo lo que hizo para merecerte.
pero estaría condenado si alguna vez te deja ir.
"Hola amor", le murmuraste, tu sonrisa nunca vaciló mientras te dirigías hacia él, donde estaba, congelado en medio de su sala de estar.
se aclaró la garganta cuando finalmente te detuviste frente a él, mirando hacia arriba y mirándolo a los ojos, "hey ma".
sus manos se abrieron paso hasta tus caderas, donde te atrajo hacia él. envolviste tus brazos alrededor de su cuello, riendo cuando sus dedos se clavaron ligeramente en tus caderas, haciéndote cosquillas.
sonrió, una sonrisa genuina mientras tus risas llenaban la habitación.
incluso suena como un ángel, pensó Ash.
"¿Quieres ver una película o algo así?" Ash cuestionó, observando mientras intentabas recuperar el aliento.
Asentiste y él tomó tu mano, llevándote hacia el sofá. Cuando los dos se sentaron, Ash agarró el control remoto y encontró una película para que los dos la vieran.
sonreíste cuando aterrizó en uno de tus favoritos, le diste un beso rápido en los labios antes de inclinarte hacia él, poniéndote cómoda mientras su brazo se abría paso alrededor de tu hombro.
sí, Ash pensó para sí mismo, nunca voy a dejar pasar esto.
