𝗜𝗻𝘁𝗿𝗼𝗱𝘂𝗰𝗰𝗶ó𝗻

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Estoy enamorada del novio de mi hermana...

Sé muy bien que esto no está bien, estamos hablando de que no es cualquier persona de la que estamos hablando...
Pero les juro que yo no quise que las cosas fueran así, solo pasó...

Estaba dispuesta a remediarlo, mi corazón no aguantaba y mi mente solo rondaba alrededor de él. Así que mi única opción fue irme de casa al cumplir mis 18 años a estudiar al extranjero.

Claro que fue una decisión difícil, pues separarme de mis hermanas con las que había crecido toda mi vida incluso cuando mis padres murieron, fue algo muy complejo. Pero era lo mejor si no quería estropearle la vida a Kanae...

A pesar de estar lejos y tener muchos trabajos de la universidad, mi mente seguía allá y mis sentimientos también. A veces no podía dormir debido a ello, sin embargo, poco a poco aprendí a vivir con eso.

Conocí a mucha gente en Chicago, hay muchos chicos y chicas guapas ahí, al igual que también gente cretina. Pero eso nunca me afecto, siempre supe defenderme como debía ser gracias a Shinobu.

Vivir aquí hizo que muchas de mis preocupaciones y deberes aumentarán, eso mantenía mi mente ocupada y hacía que aquel hombre no me afectará en absoluto.

De vez en cuando salía de fiesta con Makomo y Sabito, ellos son mis compañeros de piso y son pareja, una muy linda pareja que han sido como unos segundos padres para mí. Mi vida ahí ha sido buena, pero a pesar de todo eso, extrañaba Japón y a mis hermanas...

Trate de comunicarme con ellas lo menos posible con el fin de yo poder crecer más fuerte. Y al parecer, funcionó, pero claro, eso hizo que Shinobu, Kanae y Kanao se molestaran mucho conmigo debido a que siquiera llamaba una vez a la semana ni para preguntar si seguían vivas.

Pero ahora que ha pasado un año, Kanae me ha llamado para decirme (o más bien, exigirme) que vaya a pasar noche buena, navidad y año nuevo en casa. Ya que no quería que por primera vez en la vida no pasáramos navidad todas juntas. Trate de explicarle que aún tenía tarea de la universidad pero no me escuchó, si se me ocurría siquiera no ir, que me olvidará que yo tenia hermanas.

Claro que al principio pensé que era una broma. Pero siempre me llamaba cada tres días para recordarme lo prometido (lo cual nunca prometí). Estaba entre la espada y la pared, así que no podía faltar.

Pero acá el problema no es ir por ellas, si no, por él...

¿Seré lo suficientemente fuerte para que mis sentimientos no me dominen?...

No lo sé...

𝑂𝑑𝑖𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑎𝑠 𝑎𝑗𝑒𝑛𝑜 (ꜱᴀɴᴇᴍɪ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora