𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟱: 𝗕𝗮𝗶𝗹𝗲 𝘆 𝗽𝗮𝘀𝗶𝗼́𝗻

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—Si, ya acabamos de tomar el taxi —dije a Shinobu por el teléfono

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—Si, ya acabamos de tomar el taxi —dije a Shinobu por el teléfono.

—Está bien, entonces avisame cuando estén en la entrada. Iré por ustedes —contestó mi hermana.

—Bueno, nos vemos —dije para después colgar.

Suspire aliviada y voltee a ver a Kumeno quién me miraba con una sonrisa.

—Shinobu-san se preocupa mucho por ti —dice este.

—Si —reí un poco —básicamente fue la que me crió después de mamá —dije a este.

Al fin y al cabo, me vine con Kumeno para ayudarle con una de sus tareas de la uni (no era mucho, a decir verdad) solo tardamos 15 minutos en ello y otros 5 para que Kumeno pudiera cambiarse.

Claro que esto fue a discusión de Kanae y Sanemi. Kanae porque Sanemi estaba en contra y Sanemi porque me dijo que yo solo lo interrumpiria.

Me moleste y mucho, entonces no dije nada y solo salí con Kumeno quien venía detrás mío.

—Aún no entiendo porque Sanemi se opuso1 de esa manera —suspiré —siquiera era mucho lo que debías hacer —dije aún frustrada.

Kumeno me mira preocupado y algo nervioso.

—S-Si, yo tampoco lo entiendo... —dijo este apartando su mirada.

Su comportamiento me pareció sospechoso, haciendo que algo de duda despertará en mí.

—Kumeno... ¿Por qué te pones así? —pregunté.

—No sé de qué hablas —dijo el peli negro sin mirarme.

Lo tomé del hombro e hice que me mirará a los ojos.

—Kumeno, si algo pasa, dímelo. No me voy a molestar —dije al mencionado.

Este aún tenía duda en sus ojos.

—No me mires con esos ojos, por favor... —susurró Kumeno.

No pude evitar soltar una pequeña risa debido a su actitud. Era realmente tierno.

—Kumeno, tranquilo. No voy a matarte —dije tomando sus manos.

—¿De verdad? —su expresión cambió a una sorprendida.

—Kumeno... —dije tratando de hacer que hablara.

Este ríe y coloca sus manos sobre las mías, dando una sonrisa muy agradable a mi vista.

—Sé que no —dio un beso en la palma de mi mano —pero para mí no es molestia ser tu víctima —dijo con una sonrisa coqueta.

Sentí como mis mejillas se calentaron de un pronto a otro.

—¡Kumeno! —agache mi mirada —¡Esto es en serio! —dije a este avergonzada.

𝑂𝑑𝑖𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑠𝑒𝑎𝑠 𝑎𝑗𝑒𝑛𝑜 (ꜱᴀɴᴇᴍɪ x ʟᴇᴄᴛᴏʀᴀ)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora