Han pasado cuatro semanas desde que llegué a Wild, una ciudad que parece existir en un limbo entre la antigüedad y la modernidad, tan peculiar que casi se siente como si el tiempo aquí transcurriera de manera diferente. Antes de mudarme, apenas encontré información sobre este lugar en internet, lo cual ahora entiendo como parte de su encanto. Es un sitio que se revela solo a quienes tienen la suerte de experimentarlo de primera mano.
Contra todas mis expectativas, me he adaptado sorprendentemente rápido. Cuando llegué, creí que esto sería como una prisión, un lugar aburrido y monótono, pero nada podría estar más lejos de la verdad. La tranquilidad aquí es incomparable, un respiro necesario en contraste con el caos y el bullicio al que estaba acostumbrada. Ahora, rodeada de la familia con la que apenas tenía relación antes, siento un lazo que crece más fuerte cada día. Es curioso cómo el corazón puede encontrar hogar en los lugares más inesperados.
Wild no es solo un lugar tranquilo, sino también sorprendentemente dinámico. Lucas no exageró cuando me aseguró que siempre habría algo interesante que hacer. Los fines de semana son particularmente especiales; el teatro de la ciudad ofrece obras diferentes cada sábado. Las funciones matutinas son pensadas para los más pequeños, llenas de fantasía e inocencia, mientras que las nocturnas están cargadas de un contenido más maduro, a menudo provocativo.
Además, el centro comercial se ha convertido en uno de mis lugares favoritos. Es enorme, con tiendas que parecen tener todo lo que puedas imaginar. En una de mis visitas, me permití el lujo de comprar algunas cosas que necesitaba, y de paso conocí a varios chicos bastante atractivos. Fue un día interesante: no solo hice nuevas amistades, sino que terminé con sus números en mi teléfono, algo que aún me hace sonreír.
Algo que me sorprendió —y a lo que aún me estoy acostumbrando— es la apertura sexual de esta ciudad. La primera vez que encontré a una pareja teniendo relaciones en los pasillos apartados de la biblioteca, no supe cómo reaccionar. Pensé que sería un caso aislado, un incidente curioso y vergonzoso, pero no. Resulta que es algo bastante común aquí. En más de una ocasión, mientras caminaba cerca del bosque, escuché los inconfundibles sonidos de quienes prefieren la naturaleza para sus encuentros.
Lo más extraño fue encontrar a una pareja en el baño, usando el último cubículo como su lugar de diversión. Fue incómodo, claro, pero después de que me ocurriera dos veces, entendí que aquí es simplemente una forma de vida. Lo admito, al final no todo fue malo. Esos momentos me inspiraron para escribir un relato que terminó siendo un éxito entre mis lectores. La vida aquí, sin duda, está llena de material para mis historias.
Otro de mis descubrimientos fue la biblioteca de la escuela, un espacio que se ha convertido en mi santuario. Allí conocí a la bibliotecaria, una mujer amable y con una pasión por los libros que rivaliza con la mía. Gracias a ella, he explorado rincones literarios que jamás habría encontrado por mi cuenta. Entre las joyas que desenterré está un libro sobre BDSM que me cautivó desde la primera página. Tan fascinante me resultó que lo he leído tres veces en las últimas dos semanas. Cada vez descubro algo nuevo, una capa más de intriga y emociones que no sabía que podían transmitirse a través de las palabras.
Wild me sorprende a cada momento, desafiando mis ideas preconcebidas sobre cómo debía ser este lugar. Aunque vine pensando que sería una experiencia transitoria, empiezo a pensar que este rincón escondido del mundo tiene mucho más para ofrecerme de lo que jamás habría imaginado. Aquí no solo estoy encontrando inspiración para mis relatos, sino también una versión de mí misma que jamás supe que existía.
—Anabelle...— Rodrigo me llama desde su asiento, con un tono desesperado —Termina esa tarea ya, necesito copiarla antes de que llegue el profesor— exige, y no puedo evitar bufar ante su insistencia. Si algo puede volverme loca, es esto.

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Los Marshall
Loup-garouEn el sombrío giro de este cuento, Caperucita no se encuentra con un lobo solitario en el bosque, sino con tres bestias voraces que, lejos de querer devorarla, anhelan poseerla como suya. En lugar de temor, nace un amor oscuro entre la inocencia de...