Capítulo 3.

313 25 3
                                    

Descanso ¡Al fin!

Saque uno de mis libros favoritos del bolso, creo que he releído este libro unas 98712123456 veces, simplemente me encanta, sé que es un libro muy famoso y que muchas personas lo leen por eso, pero, por algo es tan famoso ¿no?, así es, estoy hablando de nada más ni nada menos que de Bajo la misma estrella, me encanta porque es un libro muy realista, de algún modo al leerlo hace que valore mi vida, además tengo un amor-odio hacia John Green porque es tan crudo con sus palabras pero creo que si no fuese así no me gustaría tanto este libro como ahora.

Todo estaba bien, estaba escuchando a Birdy mientras leía mi libro favorito, estaba en el paraíso, pero unos chicos decidieron sentarse en mi mesa, y si, esta cafetería ya está dividida y en donde yo estoy sentada es El club de los perdedores, alguien me puede decir ¿Por qué alguien le pondría así a una mesa donde solo hay una persona sentada ahí? No tiene lógica pero el punto es que nadie quiere hablarle a la friki.

Espera, creo que he visto a este chico en  otra parte.

-Hola —sonrió.

Lo mire extrañada pero volví mi vista al libro.

-Sabía que te había visto en otra parte —creo que fue lo que dijo pues hablaba con la boca llena de hamburguesa.

-¿Qué? —me digne a decir.

-Eres la chica de la Rock Store ¿no es así? —Asentí extrañada- Lo sabia —sonrió.

Oh, esperen, sonrisas, The Kooks, chico, tienda. ¡Este era el chico que no paraba de hablar el otro día!

-¿Qué haces aquí? —pregunte sorprendida.

-¡Bah! ¿No es obvio? Vengo al instituto al igual que tu —me dijo obvio.

¿Cómo es que no lo había visto antes? Y ¿Por qué estoy hablando con él?. Negué con mi cabeza y volví a mi lectura.

-Mira, el es Brad y por si olvidaste mi nombre, soy Adam —lo mire, hice una mueca y asentí.

-Jamás me dijiste como te llamabas.

-Lo sé —formule con mis labios.

-Entonces...¿Cómo te llamas? —se escucho un grito agudo, pude jurar que había sido de una chica pero quien estaba gritando era el acompañante del chico sonriente.

-¿Qué te pasa? ¿Por qué gritas? —dijo preocupado. Toda la cafetería nos estaba viendo. Por razones como estas no me gusta hablar con nadie.

-Me pellizque con el cierre de mi mochila —se quejo el castaño.

-¡Por dios! ¡No vuelvas a hacer eso!

-Lo siento —se disculpo cabizbaja.

Cuando todos escucharon lo que el chico dijo comenzaron a reír para segundos más tarde volver a sus asuntos.

-Nunca puedes responderme cómo te llamas —río. Parecía que había dicho algo divertido, su amigo le siguió y yo solo estaba ahí mirándolos como bichos raros.

-Ya...-se calmó- ¿Ya me puedes decir tu nombre?

-¿Por qué tanto interés y ¿Cómo me encontraste aquí?

-Solo me pareció que ya te había visto antes y me acerque y bueno, creo que fue el destino —reprimí las ganas de reír. Destino, ¿qué bobadas acababa de decir?.

Después de una gran lucha conmigo misma decidiendo en si responder a su pregunta o no respondí:

-Amy... Amy Steel. —dije mientras me sacaba los auriculares.

I Love You Amy Steel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora