II

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Estaba perdido admirando cada detalle de aquel castillo, las pinturas eran una maravilla ante sus ojos, jamás en su vida había visto cuadros tan enormes

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Estaba perdido admirando cada detalle de aquel castillo, las pinturas eran una maravilla ante sus ojos, jamás en su vida había visto cuadros tan enormes. Sus ojitos se deslizaron ahora hacia varias figuras de cerámica que rozó con las yemas de sus dedos con mucha delicadeza. Era la primera vez que miraba algo tan precioso, en el castillo que habitaba no tuvo el privilegio de explorarlo pero agradecía eternamente que a este sí lo dejasen, aunque debería estar con la princesa si algo necesitaba.

Su vista se clavó sobre la enorme espada plateada que descansaba sobre un soporte de manera enfrente de la chimenea, en él estaban grabadas el apellido Min, sus deditos picaban con muchas ansias de querer acariciarla, no podía creer que aquel objeto se le hacía ante él algo tan perfecto. Su sonrisa jamás desapareció, es más, se expandía aún más en forma de corazón. Su mente imaginaba la gran cantidad de batallas que tuvo aquel enorme objeto, el solo imaginarse al príncipe usarlo le emocionaba.

Sin percatarse el príncipe Yoongi estaba detrás de él admirando al menor cómo se maravillaba con la espada.

—Es hermosa, ¿cierto?

Hoseok dio un brinco de susto girándose a ver a Yoongi, sus mejillas se tornaron coloradas. Ante Yoongi era la reacción más tierna. Bajo la mirada con timidez borrando su sonrisa haciendo una reverencia.

—Príncipe Min, lo-lo lamentó mucho, y-yo solo, ya me iba.— dio un paso pero el rubio inmediatamente lo detiene.

—No, no, no tienes porque disculparte, tampoco tienes que irte— hablo con un tono suave erizándole la piel a Hoseok—, esa espada era de mi padre. La uso en guerra y ahora me la a heredado.— siguió para calmar al muchacho, su rostro lucia interesado ya en la conversación.

—¿De verdad? es increíble.— llevo su vista nuevamente a la espada.

—¿Te gustó?

el corazón de Yoongi latía tan fuerte que tenía miedo de que Hoseok lo escuchara, pero con tan solo tenerlo un poco de cerca lo ponía nervioso y amaba tanto la sensación que le provocaba.

—Muchísimo, es tan bonita, incluso hay muchas más cosas tan preciosas aquí.

—¿Quieres que te dé un recorrido por el castillo?— Hoseok se le borro la sonrisa y negó varias veces.

—No quiero ser grosero, pero eso debería preguntárselo a la princesa, ya que ella será su esposa y no aún simple sirviente. No quiero causar problemas.

el príncipe tomó sus manos sintiendo un cosquilleo, el castañito se sorprendió por el acto mirando como sus manos eran tomadas por él. Este acarició suavemente con sus dedos pulgares brindándole una sonrisa.

—Mis padres se están encargando de eso, creo pensar que ya hayan recorrido todo el lugar junto a los reyes. Yo quiero que tú veas cada parte de aquí, no será ningún problema porque yo lo autorice, ademas, pronto seré rey.— sonrió tomando una sola mano comenzando a caminar.

Todo el recorrido fue tranquilo, Yoongi en ningún momento retiró su mirada del menor sonriendo por cómo este se emocionaba por cosas muy simples. Le mostró el salón donde sus padres hacían pequeñas fiestas e invitaban a otros reinos, enseñándole su más preciado piano. El recorrido siguió en otro salón donde constantemente iba a pintar explicándole que la pintura era una de sus mayores virtudes.

Así pasaron las horas mostrándole cada rincón y explicándole que tan significativo era para él, Hoseok por primera vez se sintió importante en la vida de alguien y demasiado emocionado, en ningún momento dejó de sonreír y aquel cosquilleo en su estómago se hacía cada vez más fuerte cuando el príncipe lo miraba.

¿era pecado sentir algo por él?

Estaba consciente de que Yoongi era una persona muy importante y él era nada, pero no podía evitar sentir amor cuando este le hablaba tan cálidamente, con mucha paciencia, ni siquiera la misma princesa lo había tratado de esa manera.

El jardín se convirtió en su lugar favorito, toda la variedad de plantas que habitaban ahí era tan hermoso, las mariposas se lucían ante los ojos de Hoseok volando con rapidez, el viento miró extrañamente a los dos sin entender nada y solamente pasó con ligereza haciendo que las flores desprendieran su olor, el castaño inhaló cerrando sus ojos sintiendo demasiada paz. Sin en cambio, Yoongi lo admiraba como si fuese un niño mirando la enorme luna, era absurdo la idea de enamorarse a primera vista pero esto era tan diferente, deseaba con toda su alma poder admirar toda la vida su hermoso rostro.

—Yoongi, ¿Qué haces aquí?— la reina apareció con el ceño fruncido tomando de su vestido caminado hacia los jóvenes.

—Lo siento, majestad.— Hoseok fue más rápido en responder ganándose la mirada de la señora con indiferencia.

—Estoy mostrándole el jardín a Hoseok, ¿sucedió algo?— el tono de su voz fue más dura al igual que su rostro logrando asustar un poco al menor.

—Necesito que regreses al castillo, tenemos que hablar sobre la boda.— tomó el brazo de su hijo llevándoselo sin permitirle que se despidiera del muchacho, Hyesis apareció mirando la escena con confusión.

—¿qué haces aquí? te he estado buscando.— ¿por qué sentía culpa? ¿por qué sentía que estaba traicionando a su princesa?

—Lo siento, princesa, ¿necesitaba algo?

—Sí, necesito que me ayudes en algunas cosas para la boda, ven.— el sentimiento de amor se transformó en una de decepción, ¿qué le estaba sucediendo?

Esa noche se tornó un poco extraña como los sentimientos de Hoseok, el cielo no estaba triste, no se sentía de esa manera, sin embargo, dejó caer varias gotas de lluvia, el sonido era demasiado tranquilo que a las misma aves que se refugiaban en l...

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Esa noche se tornó un poco extraña como los sentimientos de Hoseok, el cielo no estaba triste, no se sentía de esa manera, sin embargo, dejó caer varias gotas de lluvia, el sonido era demasiado tranquilo que a las misma aves que se refugiaban en los árboles se arrullaban. Tal vez las nubes se estaban quitando el estrés del día, y así como caían aquellas gotas así comenzó a caer sus ánimos, no entendía el porqué se sentía de esa manera simplemente se sentía ¿triste? ¿cansado? no se sabía.

Hoseok observaba con mucha atención la lluvia en su ventana, habían regresado antes de la anochecer al castillo de los Kang. La mejor parte de haber ido junto a la princesa al castillo de los Min fue haber conocido al príncipe, estaba fascinado con su belleza y en la forma en la que se comportó con él, sintió una enorme atracción, pero su mundo se derrumbó cuando la reina llegó a interrumpirlos y por la forma en que lo miró. Era comprensible que lo mirara de esa forma, ver a su hijo con un sirviente era una aberración.

¿Por que el destino lo ponía de esa manera? ¿amaba verlo sufrir? eso parece que sí, no podía mentirse al decir que no comenzaba a desarrollar sentimientos hacia a él. No era correcto, él solo era una buena persona haciéndolo sentir cómodo porque es el sirviente de su futura esposa, estaba confundiendo las cosas y eso no estaba bien.

¿qué pensaría el príncipe Min si se entera que siente algo por él?

Tal vez asco o repulsión, tener sentimientos por alguien de su mismo sexo en esta época era un grandísimo problema, incluso podrían matarte, el miedo le recorrido todo su cuerpo dejando caer algunas lagrimas, sacudió su cabeza para dejar de pensar y mejor irse a dormir, mañana será un mejor día, mañana evitaría al príncipe, no quería enamorarse, no de él.

Adore You | Yoonseok Donde viven las historias. Descúbrelo ahora