Era el momento en que el príncipe Min Yoongi debería tomar el reinado pero necesitaba primero contraer matrimonio. La princesa Hyesis era la mejor candidata para el joven, así que fue invitada al castillo junto a su fiel sirviente Jung Hoseok, donde...
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Ese secreto se mantenía a flote día y noche, ninguno de los reyes sospechaba absolutamente nada. Era tan extraño y a la vez tan aliviado que todo marchara con normalidad. Yoongi lograba "complacer" a su esposa de una manera que no le torturara la cabeza con la idea de traicionar a su amado. Lo que era si era una tortura el simple hecho de rechazar cuantas veces el hecho de tener intimidad con ella. Días después de la coronación, Hyesis informó a los reyes que deseaba con todo su corazón un bebé, eso logró que Hoseok y Yoongi tuvieran una pequeña pelea. El muchacho de cabellera castaña no le hacía bien la idea de que Yoongi tuviese un hijo, logrando que las inseguridades lo inundara aún más. Él sabía perfectamente que no podía reclamarle nada pero no podía evitarlo, le ardía el alma el tan sólo imaginarse a la joven con su vientre abultado diciendo orgullosamente que ese heredero sería del amor de su vida.
Tanto era su dolor que una noche tan estrellada se hincó frente a su ventana, junto sus manos y llorando suplicó a cualquier ser divino que estuviese sobre el cielo que le considera el deseo de ser aquella princesa, poder tomar su lugar y convertirse en ella para vivir aquel sueño de darle un hijo a Yoongi. Apoyo su cabeza sobre sus manos mientras lloraba amargamente, ¿Por qué había nacido de esa manera? ¿Por qué no nació siendo Hyesis y haberse casado con él y que aquellos reyes lo hayan aceptado? ¿Por qué todo era tan injusto?
Claramente no se arrepentía de haberse enamorado de él, pero todo sería aún más diferente si él fuera ella. Sin más, el príncipe entró a su alcoba, escuchando todo lo que estaba deseando. Se acercó a él y lo abrazó con mucha fuerza.
—No quiero que seas ella, te amo tal y como eres, mis ojos se enamoraron perdidamente de ti. No me importa si no podemos tener hijos, lo que yo más anhelo es estar contigo hasta envejecer... Le he dicho a mi padre que no estoy de acuerdo con esa idea, así que de eso no debes preocuparte más.
Esa noche lo hizo sentir como la única persona que existía en este mundo, le dio a demostrar que sus palabras eran ciertas y que solamente lo quería a él. Que todo su atención estaba más que puesta en él, solamente para él.
Todos los días se encargaba de demostrar su amor hacia Hoseok, quien ahora ya no tenía ninguna duda. Sin embargo, no creían lo que aquellas dos noches sería el último que pasarían juntos.
Hoseok guardaba todas las cartas que el príncipe le mandaba avisando que lo visitaría tanto en su alcoba o en aquel punto ciego en el jardín, más las bonitas cartas de amor que le fascinaba escribirle y recordará lo mucho que lo adoraba. Estas cartas las entregaba Seokjin, quien se había convertido en el fiel amigo de Hoseok, este tuvo el atrevimiento de preguntarle qué pasaba entre el príncipe y él después de la confesión que hizo cuando bebió de más, Hoseok sentía tanta confianza hacia el cocinero que le contó sobre su secreto con el príncipe. Seokjin al principio se alertó pero después terminó con apoyar y ayudar a su amigo en todo. Yoongi se enteró sobre eso temiendo de que Seokjin lo fuese a traicionar pero no fue así, ahora era su más grande fiel mensajero.
