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Para ella es la lucidez que en soledad falleció al no poder cobrar virtud de certeza,
para ella son mis tantas promesas y los acordes más complejos,
los sueños y las piezas que asesinaron corazones y elevaron vistas al cielo,
las olas en los ríos y la pesadez de las tinieblas,
los rezos y los santos,
los delirios y las manos.

Para ella suscito mis pensares, pesares y penumbras;
para ella, única en la vista del amante, escribo,
porque es quien tiene las palabras
sometidas en su grácil perfil
y de cuyos labios brotan
aquellas notas músicas
que han servido para declarar amor y guerra,
paz, lucha así como vida misma.

Para ella es la miseria humana
y para ella es la hermosa misión.

Para ella es la delicadeza,
la pequeña proclama del amor,
la más remota epifanía del apego mutuo,
los derramamientos de luz,
la zozobra del existir.

Para ella es su nombre inventado
en las más oscuras noches,
cuando lágrimas representaron
fieles, desgarradoras y agotadas,
su tacto inconcluso.

Para ella son los versos que escribimos;
para ella es el todo en el esfuerzo,
él mismo es regalo innegable a su figura;

Para ella soy, y seré, por siempre y para siempre.

TOC 20Donde viven las historias. Descúbrelo ahora