Si alguna vez acompañaras mis lamentos
y vieras con virtud mi planes
entenderías quién es el que te quiere,
quién soy.
Entenderías mi pasión,
pasante fiel del desolado,
si danzaras con los sueños
cada noche lúcida
y sintieras en los ojos del imaginario destino
la clarividencia que se exprime del sentir.
Si conocieras estas pobres manos
hambrientas por el roce de tu piel,
ahogadas de ilusiones
e invalidadas por la vida,
entenderías que soy nada más
que mera obra inacabada.
Si supieras de mis escritos,
mis ídolos, mis promesas,
no tendría esperanza de soñar
algún día en la felicidad
que sólo agravio con tu vista.
Así entenderías que soy,
poco más que un triste,
un muerto en vida.
Si fijaras, en alguna vida próspera,vista en mi rostro escondidizo,entenderías que el amor no es bello,más sí es tímido.
