Me gustaría decirles que hoy terminamos esta etapa, pero les estaría mintiendo. No es simplemente el hecho de haber una vida entera que nos aguarda lo que me hace pensar estas palabras, sino también porque nuestro aprendizaje y los recuerdos que quedarán, que tristemente a finales es lo último que tendremos, estarán siempre presentes así estemos estudiando, trabajando o viendo crecer a nuestros futuros hijos. Lo que sí les puedo afirmar ahora es que de aquí en adelante tendremos que superar las mismas dificultades que nuestros padres tuvieron que vencer, que nuestros profesores nos advirtieron y que nos esperarán en algún punto de nuestras vidas, pequeños obstáculos que son ya conocidos, y que seguramente representarán una nueva escuela, la del vivir.
Nosotros estamos bien preparados y confío en ver a más de uno de ustedes triunfar y ser modelo para las generaciones venideras, porque cada quien tiene su potencial y sus sueños, algunos aún tímidos, otros en vienes de explotar. Y eso es lo que espero de cada uno, quienes acompañaron esta primera etapa y me enseñaron lo que es la amistad: que no tengan miedo de comerse el mundo, que no le teman a vivir.
Muchas gracias por estar ahí, y esperaré que en sus mentes arda aquella chispa de lucidez que garantice su éxito.
