Me dejaste, todo por ser una simple humana.
Una historia de Amor de una simple humana y un vampiro que la termino dejando por un accidente.
100% MÍA
NO COPIAR
Soy la creadora de este libro por favor si encuentran un libro que es igual o muy parecid...
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El resto del fin de semana incluye muchas siestas y maratones de Netflix. Subsisto a base de recipientes de cereal. Mi teléfono nunca emitió ningún sonido. Supuse que todos estaban ocupados para hablarme.
No se como terminé en el cementerio de Light Street. Capaz que tenga una obsesión, pero siempre he amado esa paz escalofriante que hay en los cementerios. Todas las personas que vivieron cosas duras, lindas y que ahora descansan. Puedo pasar horas deambulando entre las lápidas centenarias, preguntándome sobre los que duermen debajo de mis pies.
Me dejo llevar entre las filas de lápidas, las flores que se encuentran en mi alrededor se van marchitando a medida que se acerca el invierno. El aire huele a tierra mojada e inhalo el aroma. No hay muchas flores alrededor de las tumbas, solo las que plantaron para hacer política, la mayoría de los habitantes partieron hace tanto tiempo que ya solo son un pequeño recuerdo que queda en el mundo.
Me detengo en una lápida antigua, ya casi ni se lee lo que está escrito. Cuando me acerco, encuentro el nombre de una chica muy joven.
RUBY TOMSON
GRAN HIJA Y HERMANA
8 DE ENERO DE 1865 - 29 DE OCTUBRE DE 1883
Tenía dieciocho años, era apenas mas grande que yo. Por qué la familia eligió poner eso en su lugar de descanso. Me pregunto como murió, por qué era tan joven. En mi mente, veo a una chica de vestido blanco, con cabello rubio y sonrisa alegre. Delicada y agradable. Una joven inocente, pero el mundo se la llevó de todas maneras.
Paso mis dedos sobre el nombre de Ruby. Susurro "gran hija y hermana". De repente quiero encontrar más. Más hijas, más hermanas, más mujeres, más pruebas de vidas sin importar que cortas o largas hayan sido. Camino por las flores, mis ojos escanean lápidas, una búsqueda desesperada, me detengo a ver lo que dice cada tumba de cada chica, mujer o niña. Escucho mi nombre por encima del ruido de mis pisadas.
-¡Alice!
Me doy la vuelta y veo a Coraline caminando rápidamente hacia mí desde la parte nueva del cementerio. Esas tumbas están marcadas con flores de plástico y placas incrustadas en el suelo. Tiene las manos en los bolsillos de su jean oscuro, su cabello pelirrojo vuela con el viento, un saco negro largo sobre una remera negra.
-Hola- saludo, ligeramente sin aliento por haber estado corriendo por el cementerio durante una hora.
-Hola- se detiene en frente de mí con una pregunta-. ¿Qué estás haciendo? ¿Estás bien?
Intento responder con un si automático, pero parece que no puedo articular la palabra. En cambio, los últimos días estoy con un nudo en la garganta, un nudo gigante que dice no estoy bien. Coraline debe ver todo esto fusionarse en mis ojos, porque respira profundamente y pasa una mano por su cabello. Luego, de golpe sus brazos me rodean y mi rostro está contra su pecho, inhalando un aroma ni tan femenino ni tan masculino, simplemente limpio. simplemente Coraline.
-Sí- dice con suavidad-. Yo tampoco.
Mis brazos se enganchan debajo de los suyos, aferrándose a ella. O tal vez, me aferro a mí misma. De cualquier forma, puedo sentir lo cansada que estoy, como si todo mi agotamiento se filtrara por sus huesos hasta su piel y siguiera camino hasta las yemas de sus dedos.
-Lo lamento- dice, alejándose.
-No lo lamentes. Oh, demonios, lo lamento- intento limpiar un círculo húmedo en su sueter, una mancha de máscara de pestañas negra con lágrimas.
-Eh, no importa- responde, ni siquiera mira la mancha mientras limpia debajo de mis ojos.
-Parece que tengo la costumbre de arruinar tu ropa- Coraline me da una pequeña sonrisa.
-Así que, ¿Qué haces corriendo por aquí en el medio de la tarde?
-Qué haces tú viéndome correr por aquí en el medio de la tarde?
-Pregunta válida- comienza a caminar sin prisa hacia la parte nueva y la sigo-. Te vi salir de la escuela. Lucías molesta.
-¿Me seguiste?
-No de manera mala. Solo... quería saber cómo estabas. Además, vengo aquí algunas veces a leer y despejar mi mente.
-Coraline, conversando con los muertos.
Sonríe.
-Oh, tu sabes. Casi siempre traigo mi violín y les toco una canción para que bailen- me río, lo que hace que sonría mas- Además mis papás siempre trabajan así que vengo cuando estoy aburrida. No podía soportar estar en la escuela hoy.
-Sí- replico suspirando-, yo tampoco.
Un silencio cae entre nosotras, pero no lo soporto por mucho tiempo.
-¿Me puedes llevar a casa?
-Claro, vamos- dice.
Caminamos hasta llegar a su auto, me subo a este. Estuvimos andando como por 30 minutos hasta que llegamos a mí casa.
-Ya llegamos señorita- dice mientras frena el auto y me mira.
-Gracias- digo, siento como ella se acerca a mi mejilla y me besa en forma de saludo.
-Adiós- le digo.
-Nos vemos mañana- dice mientras espera a que baje del auto para irse.
Camino hasta la puerta de casa y entro. Subo las escaleras hasta mi habitación y me acuesto en mi cama. Me pongo a pensar todo lo que hice en este día y lo que me alegro ver a Coraline de nuevo. Reviso mi celular y veo el mensaje de Mattheo.
Buenas noches Pioja, te quiero mucho.💕 su mensaje hace que se me escape una sonrisa.