Jin Ryu-jin del grupo J y Kang Seo-ha del grupo K. Son dos rivales famosos en el mundo empresarial. No solo se evitan el uno al otro, sino que si se encuentran, fingen estar ocupados haciendo otras cosas.
De hecho, no mucha gente sabe que alguna vez...
Cuando Seo-Ha regresó a la sala, el Presidente Kang estaba sentado y comiendo solo. Ya que el Presidente Jin se había retirado después de recibir la llamada de Ryu-Jung.
Seo-ha se limpió toscamente los labios agrietados con el dorso de su mano y se sentó. En silencio, el presidente Kang se concentró en la comida, sin prestarle atención
—Hoy no vengas al edificio principal, vete a casa de tu madre.
—Padre, yo...
—He oído que se han peleado. Si realmente no te gusta, no quiero obligarte a casarte con él, puedo ordenarle a Eun-soo que lo haga, pero espero que pienses cuidadosamente en lo que será conveniente para ti y tu madre.
Después de comer, el Presidente Kang salió de la habitación sin decir nada más, Seo-Ha se mantuvo sentado por un largo rato, terminó de comer la porción de comida que le habían servido la cual se había enfriado ya.
Quería retrasar la hora de volver a casa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Por fin, cuando Yoon-ha se detuvo frente al edificio, donde la esperaban, el cansancio se apoderó de ella. Un aroma dulce y amargo aún permanecía en su boca.
—He recibido una llamada del CEO.
En cuanto abrió la puerta principal, el rostro de Yoon-ha, enrojecido por la ira, era claramente visible. Aunque las huellas del tiempo se impregnaban, Yoon-ha seguía siendo hermosa. Llevaba un vestido hasta los tobillos y su negro cabello estaba recogido con gracia. Incluso dentro de casa, siempre se maquillaba y vestía adecuadamente, Su aspecto era siempre pulcro y ordenado. Tenía la apariencia propia de la esposa de una familia chaebol.
Dado que la verdadera esposa vivía bajo el mismo techo que el presidente Kang, Yoon-ha no podía ser nada sin ella. Seo-ha se debilitó frente a su madre, que siempre estaba inquieta bajo su rostro frío.
—¿Es porque no sabes qué tipo de oportunidad es esta?
—No tiene que ser Jin Ryu-Jin. Encontraré otro compañero si quieres.
El pequeño puño enrollado con firmeza se agitó hasta dar pena. Seo-ha suspiró profundamente mientras intentaba mirar a otra parte. Fue un suspiro lleno de cansancio.
El día de hoy había sido agotador, esperando a que Yoon-ha se apartara, inclinó la cabeza y comenzó a contar para sí. Su mirada se quedó en la punta de los zapatos de Yoon-ha durante mucho tiempo. Mientras lo hacía, sintió que había cometido un crimen que no debería haber cometido.
—¿Por qué no puedes hacerlo? Escuchemos la razón.
—Simplemente no quiero.
—No importa lo que quieras ¿No lo sabes?
—Es mi matrimonio.
—¿Conoces a alguien más? ¿Vas a hablarle de amor a tu padre?
El presidente Kang esperó a que su padre muriera y llamó a Yoon-ha en cuanto se convirtió en presidente. Sin esa historia de amor, Yoon-ha no hubiera entrado en esa casa. Habría vivido miserablemente en una sola habitación toda su vida, reflexionando sobre el brillante pasado. Pero incluso ahora, Yoon-ha estaba viviendo una vida así.
