Aparcó el auto en el estacionamiento subterráneo. Ryu-Jin cerró la puerta del auto y luego volvió a abrirla porque se le olvidó el regalo. Ryu-Jin sacó una pequeña bolsa de la compra del asiento trasero y se la entregó a Seo-Ha.
Seo-Ha tomó la bolsa de la compra sin preocuparse. Cuando Ryu-Jin se adelantó, el alfa aceleró rápidamente. Al final los dos se pusieron uno al lado del otro frente al ascensor.
—¿Qué es esto?
—Lo recogí de camino aquí.
—Deja de bromear.
—Lo compré para ti.
Vivían en la misma casa, pero era la primera vez que tomaban juntos el ascensor. El alfa sintió que el lugar era excepcionalmente estrecho, a diferencia de otros ascensores mucho más grandes.
El sutil aroma a cereza de Ryu-Jin se sentía más dulce el día de hoy.
Seo-Ha recordó instintivamente el último beso. El aroma agridulce que rondaba por su boca y el suave tacto de sus labios.
Ryu-Jin era consciente del extraño ambiente que se respiraba en el ascensor. Los ojos deseosos de Seo-ha no eran de los que se pueden ignorar. Aunque esto fuera un club, Ryu-Jin podría haber notado lo que el alfa quería de él, incluso entre las luces de colores, la música alta y la gente borracha.
No le ofendió que su expresión recta e insensible estuviera llena de deseo por él.
—Haz lo que quieras.
—¿Qué?
—Te dejaré libre por hoy. No me burlaré de ti.
—No hay nada que quiera hacer...
—Realmente no puedes ser honesto.
Ryu-Jin agarró ligeramente los muslos de Seo-Ha. Sintió algo firme que rozaba sus pantalones.
La feromona de Seo-ha se filtró levemente. Tenía un sutil aroma a menta.
Ryu-Jin se dio cuenta de que la identidad del olor en el que pensaba a menudo y que le hacía sumergirse en un anhelo desconocido era la feromona de Seo-Ha.
—¿Menta?
El alfa retiró apresuradamente la mano del omega y volvió a suprimir su feromona. El sutil aroma a menta desapareció y solo quedó un aroma a madera del cual Seo-ha siempre solía oler.
El ascensor se detuvo. Ryu-Jin estaba tan decepcionado que no pudo evitar morderse los labios.
—Vaya, no puedes comerlo incluso si te lo doy.
—Porque no quiero.
Seo-Ha hablaba con bastante frialdad, pero seguía con la bolsa de la compra en la mano. De hecho, todo estaba mejorando a un ritmo más rápido que antes. Ryu-Jin esperaba que hoy fuera un día bastante exitoso. Hasta que Seo-Ha abrió su bolsa del regalo.
Nada más al ver el reloj, el rostro del alfa se endureció de una manera tan fría que nunca antes había visto Ryu-Jin.
—¿Qué te parece? ¿Te gusta?
—¿Quién lo eligió?
—Oh, por supuesto que lo elegí yo.
La única razón por la que mintió fue porque sabía que Seo-Ha era sensible al escuchar el nombre de Hyun-soo. No quería sacar a relucir su nombre y arruinarlo ya que el ambiente aún es bueno.
Pero Seo-Ha no preguntó porque tenía curiosidad desde el principio. Estaba seguro de que Hyun-soo fue quien eligió el regalo.
La respuesta de Ryu-Jin fue lo último que dijo.
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Los Casados.
Teen FictionJin Ryu-jin del grupo J y Kang Seo-ha del grupo K. Son dos rivales famosos en el mundo empresarial. No solo se evitan el uno al otro, sino que si se encuentran, fingen estar ocupados haciendo otras cosas. De hecho, no mucha gente sabe que alguna vez...