Capítulo 2 Parte 2

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|Su luna de miel|

Seo-Ha se despertó al escuchar la alarma, la casa estaba tan tranquila ya que no había ningún ruido que la perturbara. La luz del sol entraba por la ventana e iluminaba el interior con fuerza. Era una mañana tranquila, como solía ser. Lo único que cambiaba era el hecho de que ahora estaba casado. Ese hecho frustró su corazón como si le hubieran impuesto una carga.

Entró en el baño, abrió la ducha y se mojó, salió de la ducha disfrutando la sensación de que los pensamientos complicados estaban siendo alejados. Se secó el cabello con una bata, cuidó su piel y se echó perfume, el olor a madera se extendió sutilmente por el baño.

Normalmente, la gente usa perfumes similares a sus feromonas, Seo-Ha hacia lo contrario, nunca ha usado un perfume similar a estas, debido a que él es bueno para ocultar sus feromonas, solo un puñado de pocas personas sabían a qué olía realmente la feromona del alfa. Seo-Ha parecía odiar a esa clase de personas que no podía controlarse en nombre del instinto, no era tan difícil ocultarlas.

Seo-ha salió a la cocina, puso el pan en la tostadora, sacó la mermelada y la leche de la nevera.

Hasta que oyó el sonido de la contraseña de la puerta principal, sólo pensó que era el empleado que había llegado ya que no le fue entregado los horarios de los empleados.

Cuando pensó que debía contactar con Ryu-Jung después del trabajo, el sonido de un golpe sonó con fuerza. Al mismo tiempo el pan se levantó de la tostadora. Seo-ha salió a la puerta principal para comprobar el rostro del huésped indeseado que irrumpió en una mañana tranquila.

—¿No estabas en tu habitación?

Ryu-Jin, que cayó en el vestíbulo, fue pateado con los dedos de los pies. El olor desconocido de las feromonas de un alfa era fuerte por lo que Seo-Ha se tapó la nariz.

El omega alargó la mano como para que lo levantara, sin embargo Seo-ha lo ignoró y volvió a la cocina. El alfa creyó que Ryu-Jin comenzaría a maldecir, pero sólo oyó un gemido que decía: "Me estoy muriendo".

Mientras le aplicaba la mermelada al pan, todo su interés se dirigía a Ryu-Jin. Este entró en la cocina con paso desordenado sujetando su cintura. La figura del omega era todo un espectáculo. La marca de un beso se veía a través de la camisa de cuello en V cortada por delante.

El olor a alcohol, tabaco y feromonas se mezclaban, desprendiendo un olor desagradable. Ryu-Jin sacó agua de la nevera y se la bebió de golpe sin verterla en el vaso.

—Había oído más o menos sobre esto, pero está más allá de mi imaginación.

—¿Por qué buscás una pelea a esta hora de la mañana? Estoy muy cansado. No me molestes. Termina tu pan y vete a trabajar.

No le gustaba aquella actitud, como si Seo-Ha no mereciera preocuparse por él. Por muy arreglado que estuviera un matrimonio, había cortesía entre la pareja. Ryu-Jin, que no lo sabía y no parecía tener ninguna intención de llevarse bien, estaba molesto. Hace que parezca que Seo-Ha presta demasiada atención al tema de actuar como un niño todo el tiempo.

—Al menos intenta cubrir la marca del beso.

—¿Qué marca? Le dije que no dejará ninguna... Como sea, nos vemos luego. Estoy muerto.

—No puedes salir esta noche.

—Oye, eres gracioso. ¿Qué vas a hacer para detenerme? ¿Vas a confinarme?

—No. Voy a llamar al Presidente Jin, pero también estoy pensando en mostrarle cómo luces ahora

Seo-Ha murmuró sobre el pan y tomó una foto de Jin con su teléfono móvil. Junto con el sonido del *obturador, la marca del beso que le quedó en la nuca y la cara de asombro del omega se guardaron en la galería del alfa. Ryu-Jin se quedó boquiabierto y no encontró nada que decir. Sin embargo, estaba claro que estaría en problemas si Seo-Ha realmente enviaba esa fotografía.

Los Casados.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora