Como no podía ser de otra manera os traigo esta historia llena de imaginas de nuestros chicos favoritos de Cazadores de Sombras.
Prohibida la copia o adaptación sin permiso de la autora.
Los personajes de Cazadores de Sombras y los GIFs no son de mi...
Me acerqué al oído de Alec para que pudiera escucharme por encima de la música que estaba tocando el grupo de Simón.
- Voy a por una bebida, ¿quieres algo?
- No, estoy bien.
- Pues vuelvo en un minuto.
Tras sortear a una decena de personas llegué hasta la barra.
- Una cerveza por favor - le pedí al camarero.
- Ahora mismo.
De repente sentí un aliento caliente en mi nuca y, aunque estaba de espaldas a él, sabía perfectamente que no era Alec.
- ¿Te invito a algo preciosa?
- No gracias.
Pasé de él, sin embargo, no iba a darse por vencido.
- Anda venga, no seas aguafiestas, tómate algo conmigo - sentí una de sus manos deslizarse a mi cadera - Te prometo que nos lo pasaremos bien.
Estiré mi mano hacia el bolsillo donde siempre guardaba una daga por si acaso, aunque dudaba que fuera una buena idea sacarla en un bar de mundanos. Pero, no hizo falta que me lo pensara, ya que Alec apareció a mi lado en un segundo, seguramente alertado por mi tardanza.
- Aquí estás - me dijo.
- Nos estás interrumpiendo - le espetó el desconocido.
- Te aconsejo que te vayas.
- ¿Quién te crees que eres?
- Soy el tío que va a parar los pies como no cierres la boca, o mejor, dejaré que lo haga ella misma.
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Alec agarró la jarra de cerveza que el camarero acababa de traer y me cogió la mano.
- ¿Volvemos a nuestro sitio?
- Por supuesto.
Y nos perdimos entre los cuerpos que bailaban dejando atrás a ese hombre.
