Como no podía ser de otra manera os traigo esta historia llena de imaginas de nuestros chicos favoritos de Cazadores de Sombras.
Prohibida la copia o adaptación sin permiso de la autora.
Los personajes de Cazadores de Sombras y los GIFs no son de mi...
- ¿Cómo se te ocurre? - dijo Aldertree acercándose a mí.
Lizzy se interpuso entre los dos.
- Ha sido mi culpa señor, obligué a __________ a....
- Eso no es cierto - la interrumpí, no iba a dejar que cargara con algo que había sido idea mía - Yo era la cazadora de sombras de mayor rango y por tanto la última palabra fue mía.
El director del instituto me dedicó una fría mirada.
- _____________ a mí despacho - se giró hacia el resto - Y vosotros, ni se os ocurra intentar esto otra vez o habrá serias consecuencias.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aldertree comenzó a andar por el pasillo y yo le seguí sin decir una palabra. Me dejó pasar primero a su despacho y el entró después, cerrando la puerta a su espalda.
- Antes de que digas nada... - empecé.
- No. ¿Te paraste a pensar un segundo antes de salir por esa puerta? Sabías perfectamente que no podíais iniciar la misión sin la confirmación de la Clave.
- Si hubiéramos esperado a esa confirmación el demonio se habría escapado, matando a un par de humanos por el camino.
Aldertree suspiró, sabía que tenía razón pero por su posición no podía dármela, había incumplido una orden.
- ¿Estáis todos bien?
Asentí.
- ¿Estás tú bien?
- Perfectamente.
Se fijó en algunos cortes que tenía en el brazo, no me había dado tiempo a usar el Iratze.
- Déjame que te ayude.
Sacó la estela de su bolsillo y se colocó detrás de mí. Me aparté el pelo, dejándole acceso a la runa que tenía dibujada en la parte baja del cuello.
- ¿Estabas preocupado? - la pregunta se escapó de mis labios sin querer.
- No me gustó enterarme de que os habíais ido sin decir nada y sin refuerzos.
Me mordí el labio inferior mientras me repetía a mí misma que se preocuparía por cualquiera de sus cazadores de sombras, para eso era el director del Instituto, ¿no?
Sentí la familiar sensación de la runa haciendo efecto y unos segundos más tarde los cortes habían desaparecido.
- Listo - me colocó el pelo en su sitio.
- Debería irme a ver que todos se encuentran listos para la próxima salida.
Me separé de él rezando porque no hubiera notado mi estremecimiento al sentir sus dedos sobre mi piel.
Él asintió.
- ____________ - me llamó cuando estaba abriendo la puerta - La próxima vez, por favor avísame.
