La vida a veces resulta más común de lo que pensamos, otras veces parece que nos encontramos con un mar extenso pero acaba siendo un vaso lleno a la mitad o quizá vacío hasta la misma— ¿ Que puede ser tan difícil?— exclamó Edenia con incógnita mientras el sonido de su voz de perdía entre el de sus tacones al chocar con el suelo.
— Nada, nada lo es en absoluto, solo... Necesito tiempo, solo eso — más adelante la voz del príncipe Adal quien buscaba de calmar el fuego furioso de su amante secreta. — ya, basta detente, no podemos seguir así.— afirmó el joven tomando a la misma del brazo más o menos a la altura de la muñeca.
— Suéltame, pueden vernos — advierte después de soltarse del agarre que mantuvo por unos segundos el mayor — ¿Tiempo?, Vamos a cumplir ocho meses en esto, ocho meses Adal, aún no le dices a tus padres. Y dudo que a ellos les moleste, no lo dices porque andas con esa... Nueva sirvienta, no soy tonta.—
— Lo de Leya ya es pasado, ¿Ok?, Calmate — lo siguiente que se escucha fue el choque de la palma de la mano de Edenia contra la mejilla de Adal, la mejilla del joven heredero estaba tan roja y la silueta de la mano de Edenia estaba marcada en la misma, el príncipe la observo con horror, nadie nunca le había golpeado, ni se había atrevido a alzarle la voz.
— ¿¡Pasado?!, Leya no deja de repetirlo " Me acuesto con el príncipe Adal", ¡maldito imbécil !, ¿¡ Quien te crees para humillarme así?!— pronto se rompió en llanto, Adal estaba tan confundido pero nada ofendido, sabía que lo había arruinado, la observo sin saber que hacer o decir, lo que si era cierto es que no se acostaba con Leya desde hace cuatro meses. Si Leya decía que se acostaban era para joder seguramente, el rubio suspiro tomando a la pelinegra de los hombros.
— Leya y yo no nos acostamos desde hace mucho, Lo de Leya se acabo, ¿bien?, Me acosté con ella mucho antes de formalizar contigo...— explico detenidamente.
— ¿formalizar?, Ni me miras cuando estás con tu padre...— respondió mientras lloraba, Adal entendió lo que había hecho, había arruinado muchas cosas, pero por el temor de que su padre expulsará a su amada y a la madre de la misma al saberlo. ¿ Cómo podría arreglarlo?, ¿Hablar con su madre primero quizá?, Ella tiene apenas seis meses de embarazo y no quisiera angustiarla.
— Edenia, por favor, perdóname, yo...
Yo me pongo nervioso y... Y me da miedo que papá decida expulsarte del palacio, nos estamos acostando sin estar casados, hemos violado todo el proceso reglamentario, el... No lo aceptaría porque...—— ¿Soy una plebeya?, ¿Porque no tengo un maldito ejército que grita mi nombre en cada guerra?, ¿ Porque mi cara no está en cada puta moneda?, ¿ O porque los aldeanos no lamen mis tacones cada que salgo?— ella empezaba a molestarse de nuevo, mientras lloraba y explotaba contra Adal lo golpeaba en el pecho y lo sacudía con enojo. Adal no entendía su enojo, era comprensible su disgusto pero este ataque era impropio de ella. Era suficiente no podían seguir en esto.
— ¡Basta!, ¡ basta!, ¿Que sucede?— logro detenerla, tomando sus mejillas con cierta fuerza hizo que lo mirara a los ojos. — Edenia, basta.—
— ... Lo siento, perdón, perdón es que estoy estresada— justificó mientras seguía llorando, aún no hablaba, algo más la angustiaba, algo más le comía el alma y la hacia llorar, acaricio la mejilla de su amado para después abrazarlo, no podía evitar seguir llorando y Adal quería saber porque.
— Edenia...— El príncipe la tomo entre sus brazos besando su frente, arreglo su cabello descubriendo su rostro dejando a la vista sus ojos verdes, brillantes, enormes y llenos de lágrimas, ella tomo aire, intentando poder hablar pronunció con dificultad.
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Eclisse ↬⟨‹ H.N.C
RandomEn la penumbra de la oscura noche en medio de aquel grande salón sus ojos violetas penetraban los míos, con un brillo tan expresivo acompañado de su lenguaje facial, está llena de ira, esta devastada, se siente traicionada, no sabía que decirle exa...