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La hora había llegado, y esta siendo arrastrado entre un montón de guardias reales. Esta situación era así desde que cruzó la gran puerta del palacio, y todos los soldados habían formado un cuadrado perfecto a su alrededor para escoltarlo hasta la arena donde se llevaría a cabo el torneo. Como si cualquier miembro de la línea real realmente necesitara guerreros para protegerlo; incluso si están entre los mejores de los mejores, todavía no están ni cerca del nivel de Jimin.
Aquella situación no era más que humillante para él, es decir, era el príncipe heredero, el más fuerte de su raza, un cambia formas de dragon alado que definitivamente no necesitaba la humillación de estar entre una pared de soldados. Pero como siempre, todo se trata de la estúpida tradición así que se resigna a simplemente poner una postura perfectamente recta, detonado una vez más su elegancia y profundo respeto que su reino debería sentir por él.

Camina todo aquel tedioso recorrido sin dejar de pensar en lo ridícula que era aquella situación.
Si había algo que odiaba más que aquella ceremonia era el hecho de ser apreciado y respetado como un maldito adorno y no por el omega guerrero que era. Justo como ahora.
Afuera del palacio era una euforia total, su pueblo estaba ciertamente feliz por la celebración, gritaban y aclamaban su nombre, levantando las copas de cual sea la bebida que estaban digustando, incluso levantaban a sus hijos en sus hombros para que tuvieran la oportunidad de ver al joven príncipe. Y a pesar de toda aquella admiración, Jimin no se permitía sonreír a sus súbditos, seguía con la misma expresión de seriedad.

— Debería saludarlos — murmuró alguien a su lado.

Sin mover la cabeza, sus afilados ojos grises se dirigieron al alfa que habló; el cónyuge de su hermano. Era obvio que sería uno de los guardias que lo respaldará hasta la arena, al final de cuentas era uno de los guerreros más fuertes que tenían.
Después de eso seguramente sus ropas serían cambiadas a las tipas ropas ceremoniales de la familia real, para poder presenciar junto a su familia el torneo.

Soltó un suspiró de diversión — Tendrán la dicha de verme bonito en ese trono mientras el torneo se lleva a cabo —.

— Será el próximo rey, no estaría de más mostrarle una sonrisa a su pueblo para que sepan que pueden confiar en usted, lejos de su fuerza — le aconsejo Yoongi sin alejar su mirada del frente, como si no estuviera hablando con él.

El alfa antes de convertirse en la pareja de su hermano menor, fue su maestro de modales, a pesar de llevarle unos cinco años. Era uno de los pocos que podían dirigirse a él con total libertad sin sufrir el riesgo de que Jimin le mostrará los dientes.

El rubio rodó los ojos, pero sabía que tenía razón. Apretando los dientes para no mostrar una mueca de desagrado, levantó su mano y saludo a las personas que estaban en las partes altas de las estructuras que conformaban la ciudad capital del reino, cosa que produjo un gran fulgor entre la multitud que incrementaron sus gritos.
Se forzó a sí mismo a sonreír, pero sin que la sonrisa llegara a sus ojos como para que estos se cerrarán como acostumbraban a hacer cuando sonreía con verdadera alegría.

Por un momento dirige sus ojos hacia el cielo, deseando a la luna por una milésimas de segundo que aquel día terminará lo más pronto posible, o que por lo menos hubiera algo entretenido de ver.

Cuando se acerca a la arena comienza a encontrarse con los bordes de la multitud, se separan ante él con murmullos emocionados, dejando un camino despejado entre él y los escalones que conducen al estrado donde su padre y Taehyung ya están esperando. Jimin mira a cada persona que lo anima cuando pasa, lo que parece emocionarlos más que él mismo sonriendo.
Los guardias se detienen al pie del estrado, formando un muro entre la multitud y los escalones que suben a la familia real. Con la misma postura recta, sube los largos escalones, siendo seguido por Yoongi que una vez se encuentran en la cima, se dirige a una habitación de al lado, donde podrá cambiarse su traje, mientras que Jimin se dirige al trono cubierto de oro y lapislázuli.

𝘼𝙡𝙛𝙖 𝘾𝙤𝙣𝙨𝙤𝙧𝙩𝙚⇢kookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora