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Y con este ya son nueve cazadores rango S en Corea del Sur

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Y con este ya son nueve cazadores rango S en Corea del Sur.

Su pequeño suspiro fue lo único que pudo sonar en aquel pequeño lugar, observando las noticias de como un nuevo cazador rango S apareció en Corea, realmente eso le era fastidioso, el solo era un simple rango E, pero no podía hacer nada más que seguir tratando de mejorar, y era tratar, porque ni siquiera era bueno en eso.

Fijo su mirada en el pequeño reloj sobre la estantería frente a el, apenas siendo medio día, sabía lo que eso significaba, no tuvo de otra más que levantarse y apagar la televisión y salir de su apartamento, Brasil, un país un poco difícil para vivir, en especial si naciste y creciste en una de las favelas, y aunque estuvieran en una ciudad importante como lo era Río de Janeiro.

Las cosas no eran fáciles allí, así que no tenía otra más que tratar de mantener a su familia, después de todo, debía cuidar de su pequeño hermano menor, que mejor, que ser cazador!, pura farsa, eso era lo peor, tenía su licencia y gracias a que todo allí se rige por los rangos, los débiles rango E eran un objetivo principal, no tenía de otra que sólo entrar a mazmorras a menos que realmente necesitara el dinero, por suerte su pequeño trabajo podría cubrir eso, bueno la mayoría de las veces no, pero le era suficiente, le gustaba su trabajo, trabajar en un zoológico en Río de Janeiro era lo mejor, había un sinfín de especies únicas, de las cuales el era encargado de cuidar, sus favoritas siempre fueron esas grandes bestias salvajes.

Salió de su ensimismamiento en cuanto estuvo frente a las grandes rejas de la entrada al zoológico, no dudo en entrar, saludando a sus compañeros, dirigiéndose a una zona remarcada con un letrero de peligro, era normal, se prohibían niños en esa zona, solían hacer enfadar a los animales, y tenían bestias como tigres, leones, panteras, pumas y muchos más que eran considerados peligrosos, eso le molestaba.

Entró a una de las jaulas con una cubeta llena de carne, se sentó sobre una de las rocas del resintió, cerró sus ojos esperando hasta que sintió un gran peso sobre sus piernas.

–Ei, amigo.  –saludo abriendo sus ojos y acariciando el vientre del animal quien esperaba sus caricias– vamos eres un consentido, ya es hora de comer –solo atinó a cerrar su boca en cuanto el animal golpeó levemente su pata sobre su rostro, eso le causaba gracia, para ser un Tigre de bengala.
A una persona normal le hubiera sido imposible, pero el era un cazador un despertado, así que logró mover fácilmente al animal y tomar la cubeta con carne para dársela, la cual el solo atinó a comer realmente le parecía tierno un animal de ese tamaño y tal peligro.

Bueno solo estaba allí por eso, solía ir a medio día a alimentar a ese en específico, después de todo era el único capaz de acercarse, y como de costumbre, luego de eso se dirigió a la escuela de su hermano menor, debía recogerlo, gracias al lugar donde vivían los maestros prohibían que sus estudiantes se fuesen solos a casa, así que los padres debían recogerlos, claro a él no le importaba, pero a su hermano si, no lo culpaba estaba en la entrada de su adolescencia y aún le consideraban un niño pequeño.

Kemono no joō - Solo LevelingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora