Octava nota

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Manuel terminó sintiéndose mal, él si había llegado pero lo había hecho tarde. Creyó que el chico lo esperaría un poco más, pero de seguro lo vio partir y por ello él también lo hizo.

Al menos no se alejaría de él, se sentía acompañado en cada una de sus notas, era como si de verdad no quisiese perderlo, se sentía importante para alguien y eso lo emocionaba, quería ser mejor por él y no arruinar nada.

Por ello, estaba caminando en dirección a un chico de rulos que no se había acercado a él desde que le pidió disculpas.
— Hola, Mateo. —saludó dejando sus gafas en el escritorio.

El rizado lo miró sorprendido y algo asustado, temía que sólo quisiera gritarle
—¿q–qué pasa, Manuel?

—lo siento, por todo, intentaré ser mejor persona para todos pero en especial para ti que siempre quisiste ver por mí, pero no te preocupes, no deseo que lo sigas haciendo. No me lo tomes a mal, pero no deseo ser amigo de ninguno de los chicos del salón, me siento aprisionado con solo estar aquí, dejemos que el tiempo nos diga si podremos formar un lazo de amistad, pero por ahora estamos mejor lejos, no quiero tenerte como amigo ni nada, pero me perdonas, ¿cierto?

El otro parpadeó varias veces asintiendo un poco triste.
—no pienso obligarte a nada, manuel, lo que tú desees lo tendrás. Esperaré a que estés listo. —y está vez él fue el que se alejó del ojimiel.

Y Manuel odio esa sensación de haberla cagado el resto del día.





desaparezco más de un mes pero vuelvo con actualizaciones dobles, claroqsi

sweetie shy boy; trueplik Donde viven las historias. Descúbrelo ahora