Keiko Baji siempre fue una chica muy relajada y con una vida tranquila, pero eso cambió en el momento en que conoció a Chifuyu.
Unidos por el mismo destino que los separó.
Chifuyu Matsuno X OC
Contiene manga spoilers.
Ninguno de los personajes me p...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Y así, pues, Chifuyu y Keiko empezaron a salir como pareja. Fue un error pensar que estaba siendo tonto al confesar sus sentimientos; ella realmente sentía lo mismo que él. A pesar de ambos se encontraban con el pesar de haber perdido a un ser querido, lograron ayudarse a superarlo, estuvieron en allí cuando el otro lo necesitaba, y estaban seguros de que él estaría feliz si los viera.
Los años pasaron volando, y pronto se hicieron adultos. Unas cosas llevaran a otras y terminaron por casarse y construir una vida juntos, incluso formar una familia; todo doce años después.
Sin embargo.
Keiko sabía que Chifuyu no estaba del todo conforme al respecto de cómo terminaron las cosas con su hermano; parecía más que nada molesto por la forma en que terminó su vida. Aunque jamás le quiso hablar mucho de ello para protegerla, ella sabía que se encontraba resentido, y aún así pensó que quizás no debería insistir demasiado.
— Hola. — Keiko saludó a su pequeña hija, apenas una bebé, y la cargó con cuidado después de haberla escuchado llorar con la intención de calmarla. — ¿Acaso tuviste un mal sueño? Está bien, cariño, está bien. — habló con voz suave. — Calma, calma, mamá está aquí.
— ¿Necesitas ayuda? — Chifuyu le preguntó.
— No hace falta, es tarde y dijiste que mañana tienes cosas que hacer.
— Está bien, de alguna manera tengo que convivir con mi hija. ¿No es así? — tomó a la pequeña en brazos. — Claro que sí, claro que sí. Dile a mamá que tengo razón. “Él tiene razón, mami”. ¿Lo ves? — ella rió.
— Como digas, gracias por ayudar y trata de no quedarte despierto demasiado. — le dio un beso pequeño, uno que él no tardó en prolongar un poco más.
— Keiko.
— Dime.
— Um... mañana tengo que salir temprano, probablemente no esté cuando despiertes.
— Oh, eso está bien; sólo dime a qué hora regresas.
— A las... 11:30, quizás, ya sabes que hago muchas cosas... lo siento.
— ¿Por qué te disculpas?
— Nada... creo que es el estrés. Sólo quiero que sepas que... te amo y haré todo lo que pueda para regresar.
— ¿Chifuyu? Estás actuando raro.
— Por nada en especial, sólo recordé que realmente... realmente no sé cuándo podría ser la última vez que te veré; un día podría salir y me podría pasar algo.
— Pero no tienes que pensar de forma tan negativa.
— Supongo...
— Yo tampoco quiero preocuparme tanto, así que por favor no hagas nada que te ponga en peligro. ¿Quién me va a ayudar a cuidar a la niña si no?