Tic, tac

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Lay still, restless

Losing sleep while I lose my mind

Frío, aquella habitación con la pintura blanca sucia era fría, Nexxuz se había quedado en aquella habitación después de reunirse con aquel tipo llamado Fitzgerald. Un habitante de esta base nombrada Markadona.

Él se había ido después de decirle que necesitaba avisar a sus superiores de su despertar de forma inmediata, no le dijo mucho, era casi tan extraño como Copérnico, y eso era decir mucho.

Se recargó sobre la incómoda almohada de la cama, no pudo evitar preocuparse un poco por su padre, pero aun si quería sacarlo y continuar con su misión está gente probablemente estaría tanto como mejor armada y mejor preparada físicamente que el ahora mismo.

Sintió algo en su cuello, solo fue cuando se recargó cuando tocó la parte baja de su barbilla cuando sintió una dureza digna de un metal.

"Que? ¿Qué es esto?"

Quiso revisar con ambas manos pero no pudo mover del todo su mano derecha, le cansa demasiado moverla y no tuvo más opción que bajarla y solo revisar con su otra mano.

Era un collar de metal, algo pequeño y no era muy pesado.

"¿Cómo llamaría esto Mayichi? Un choker?"

Miró al techo y volvió a recordar su estancia en el hospital debido al escopetazo que le había dado su prometida.

"¿Estás bien? ¿Quieres algo? Tengo chocolate si quieres..."

"Siempre tienes algo para comer en cada momento, niña"

"Joe~, déjame en paz "

Él sonrió un poco al recordar, se preguntó si le pegaría o le recibiría con un abrazo al enterarse de que casi mueren. Sería gracioso.

"Solo un poco más, un poco más y volveré a casa."

Extrañaba la comida caliente, la comodidad de su propia cama y el olor a los diversos perfumes de Mayichi junto a los almacenes de metal y aceite que tenían justo al lado.

Extraño olor a decir verdad, pero para él era el olor característico de su hogar.

Extrañaba sus animales personales.

Carlos el brazos, Houdini, Spyro, Lil Karlos, Halfonsa y Halfonso, etc.

Nunca los volvería a ver, y eso le ponía melancólico.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando la puerta se abrió, Nexxuz se giró para ver entrar a Fitzgerald y a una mujer con una gabardina negra.

Su cara era fina, blanca y lisa, como una muñeca de porcelana, totalmente contrario a la cara que ponía de tipo duro. Tenía un cabello oscuro en una coleta y Nexxuz no lo vio pero el sonido de los pasos probablemente indicaban que usaba botas.

Y sus instintos le gritaron que aquella mujer era la mandamás del lugar.

Ambos entraron, él no habló a pesar de las preguntas que tenía.

Ella imponía, y bastante, pero como sabemos perfectamente, a Nexxuz no se le dan bien las figuras de autoridad.

Pero no hoy, pronto, pero no hoy.

-Señor Tres Piernas permítame presentarle a la Madam Ekko Stubborn. Nuestra gran y gloriosa líder de Merka-!

-Corta el rollo, Viktor.- Y Viktor Fitzgerald se calló.

Ella le miraba fijamente pero él no le temía para nada, ¿Que era ella después de todo? Él se había enfrentado cara a cara ante montones de bestias y ahora aquellos monstruos corruptos de las zonas residenciales.

ARKADIA: Nexxuz's Dead EndDonde viven las historias. Descúbrelo ahora