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Las monjas del convento estaban reunidas a la espera del vehículo el cual las conduciría hasta la cuidad que tenían que visitar para realizar las acostumbradas labores sociales.

Como la hermana Vida fue atendida de parto no podrá asistir así que Paciencia le ofreció a Eva su lugar, quién muy encantada aceptó, enmarcó una sonrisa y volvió a sus aposentos a preparar su equipaje hasta ser interrumpidas por la madre superiora la cual le observó y luego argumentó sin titubear.

-- Estoy muy decepcionada de ti Eva Morrison ---- exclamó llamando la atención de una monja atenta, se giró en sus talones para ver a la madre superiora en el marco de la puerta hasta que dio varios pasos para adentrarse hasta los aposentos de la muchacha.

Se escuchaba un hilo de silencio entre ellas, era como si usaban telepatía para comunicarse. Eva tenia su equipaje listo, abrió los ojos y bajo la cabeza llegando a la conclusión de que había visto a Cristian salir en algún momento de su alcoba.

La chica comenzó a llorar sin decir nada a lo que la madre superiora dio un giro de ciento ochenta grados para cerrar la puerta a sus espaldas.

---Has pecado y por ello no eres digna de estar aquí--termino de explicar

Los sollozos de Eva de hacían retumbar por la enorme habitación de madera, se encontraba arrodillada en la fina alfombra de lana blanca, dejando caer la gotas de lágrimas de sus mejillas hinchadas y rosadas..

La madre superiora tocó su cabeza para levantarla y así dar con su rostro entristecido.

----Te irás hoy mismo con las hermanas, guardaré tu secreto así como el de la hermana Vida y la hermana Génesis..

¿Cuál será el secreto de Génesis??

Se preguntó Eva ante el comentario de la madre superiora, dejó su pregunta a un lado para prestarle atención al caos de vida que había formado.

Ahora sí podía estar con Cristián??
Pero porqué Eva estaba tan triste y avergonzada mientras visualizaba a los ojos a la encargada del convento??


De seguro era por la falta grande que había cometido, se sentía culpable por ceder ante los encantos de Cristián Board.


--Madre perdone mis pecados!!--- exclamó en un corto y fino hilo de voz.

La vetusta dejó de tocar su rostro dando media vuelta hasta llegar a la cerilla de la puerta, coloco su mano encima de ella y respondió.


---Este es tu pecado y tienes que pagar por ello, no hay nada que yo pueda hacer, que te perdone Dios nuestro señor, solo él puede perdonarte.---- añadió sin obdervarle.

Eva explotó en llanto sujetando el filo de la vestimenta de la madre.

---Por favor madre no tengo a donde ir!!--- fijo gritando sin poder articular.


Su voz estaba quebrada, no tenia fuerza para mantenerse en pie, estaba destruida y todo por Cristián Board, el pasaje a su infierno.


---Lo siento Eva, tienes que irse! Recoge tus cosas---- dejó salir de sus labios la última palabras luego de perdió ante la vista de una monja en silencio sumergida en una laguna de lágrima..

No volvería a ver a Cristián ya que por él había pecado y por él tenia que cargar con la consecuencia de sus actos y todos por dejarse llevar y comenzar a sentir amor por una hombre..

Nircia llevaba su equipaje en manos junto a una Eva un tanto extraña para su gusto, la joven hermana le observó y tocó su mano a lo que Eva no respondió, su hermano era el culpable de sus pesares y en ese momento no estaba para enmarcar una sonrisa aunque fuese la más sarcástica.

Mi Pecado es Poseerte© Donde viven las historias. Descúbrelo ahora