¿Poliamor? ¡Una mierda! © [Amores Complicados #2]

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"Pasarán más de mil años y yo no te olvido
No me lo pidas, no seré tu amigo
Estar contigo es mi destino".

— Puntos suspensivos.

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El sol empezaba a salir, apoderándose del cielo en su totalidad, la luna empezaba a guardarse para poder volver con toda a la noches.

Los rayos del sol chocaron con el rostro de Juls haciendo que esta se despierte tallando sus ojos despacio y con mucho cuidado.

Fue a preparar su desayuno, Dante ya no estaba, ya se había ido al trabajo. Comió tranquila y subió a bañarse. Mientras estaba en la ducha, tuvo una idea de cómo encontrar a Gabhan, sí, no se rendiría hasta encontrarlo, pero no cometería el mismo error dos veces, así que llamó a su número.

— Hola, dulzor —saludó Unbekannt del otro lado de la línea—, ¿todo bien?

Soltó la pregunta, con mucha preocupación reflejada en su rostro.

— Sí, pero.. —pausó su hablar—, necesito tu ayuda con algo.

— Soy todo oídos —musitó, curiosamente.

Ahí Juls comenzó a explicarle lo que quería hacer, omitiendo la parte de Macki y ella en la habitación.

— ¿Me ayudarás?

Preguntó ella, ansiosa.

— Claro —asintió sonriendo—, vamos hoy a la tarde si quieres.

— Siiii —bailó feliz—, gracias, muchas gracias.

Él negó después de decir de nada, para seguidamente cortar la llamada.

【•••】

La tarde había caído, Unbekannt se encontraba en la puerta de Juls, tocó una vez el timbre y esperó a que ella saliera.

Dos minutos pasaron y Juls recién estaba saliendo. Lo saludó con una sonrisa, tan cautivadora que ella ni cuenta se da de lo que provoca en él.

— ¿Nos vamos?

Inquirió, más ansiosa que antes.

Él asintió y habló.

— No te despegues de mí, o te pondré eso que le ponen a los bebés para que no se alejen de sus papás. —sentenció.

— Está bien —accedió ella.

Sin más, el taxi llegó, ambos subieron al mismo, y esperaron toda la trayectoria hasta llegar al lugar.

En diez minutos, estaban bajando del taxi, Juls pagó el taxi, puesto que ella era la que le pidió la ayuda a Unbekannt.

— No tenías que pagar el taxi —él chasqueó la lengua en desacuerdo.

— Sí debía —ella se encogió de hombros.

— Ya no importa —negó él suspirando—, vamos. —le ofreció su brazo y ella se pegó a él como sanguijuela.

Ingresaron al lugar caminando tranquilamente, bueno, realmente el único tranquilo era Unbekannt, Juls estaba asustada. No quería que volviera a sucederle lo mismo.