³

117 11 0
                                    

Los rayos del sol traspasaban las cortinas blancas de la ventana creando un rastro por el suelo donde daban directo en los ojos cerrados del muchacho que se encontraba tirado en el suelo, su piel aperlada (con algunas manchas moradas) se encontraba expuesta y erizada por el frío matutino de la mañana.

Comenzó a moverse, su mente volvía a ser consiente de su cuerpo el cual se encontraba adolorido.

La primera punzada apareció siendo leve, pero pronto volvió otra aún más dolorosa como un taladro perforándole la cabeza.

— Ah — gimió en señal de queja.

Poco a poco sus párpados comenzaron a abrirse y cuando sus ojos avellana enfocaron el techo para él fue inevitable sentirse desorientado.

¿Dónde estaba? Aquel lugar no era su cuarto.

Su cuerpo se incorporó quedando sentado (aún sin caer en cuenta que se encontraba desnudo), sus ojos monitorearon todo el sitio encontrándose con el color azul cielo del tapiz de las paredes, varios muebles color hueso, un librero y cerca de él se hallaba un escritorio con papeles encima, parecía ser una especie de oficina... Su cabeza intentaba realizar memoria de lo que había pasado el día de ayer.

Recordaba haber ido a la preparatoria para firmar su calificación de los cortes evaluativos para después ir a su casa y prepararse para la fiesta que daría el amigo de su Hyung.

Y sucedió.

Junto a otra punzada llegaron imágenes eróticas dónde su mejor amigo y él eran protagonistas, un escalofrío se esparció por todo su cuerpo cuando pudo percibir y recordar las sensaciones de la noche anterior.

El estómago se le revolvió y apresurado se levantó apoyándose en el escritorio.

Cómo la escena de una película, la mente de Jungkook le fue mostrando cada escena: los toqueteos y los besos, las embestidas y el sonido de ambos mejores amigos gimiendo.

Se volteó a mirar así mismo encontrando su cuerpo expuesto en desnudez y su vista cayó ante la erección palpitante que tenía, Jungkook termino sonrojándose pero al final vómito.

Fue inevitable por la abrumación que el mismo sentía y no se paró a pensar en que tal vez aquellos papeles ahora manchados de un líquido amarillento eran importantes.

Su corazón iba de forma voraz mientras experimentaba el sabor amargo en su boca y seguían las escenas en su cabeza.

Dio varios respiros profundos en un intento de tranquilizarse y tan pronto como lo hizo comenzó a buscar su ropa en el suelo dando con ella casi en el instante.

Comenzó a vestirse y justo cuando se encontraba abrochándose los pantalones un gemido resonó por la habitación.

Atemorizado, llevo sus ojos a la dirección de dónde provenía el sonido y no se sorprendió cuando encontró aquella cabellera teñida de menta y el cuerpo desnudo de su Hyung tirado en el suelo el cual comenzaba a moverse.

— Carajo — maldijo Jungkook en voz baja apresurándose a ponerse los pantalones.

Comenzando a formarse un nudo en su garganta mientras se daba la tarea de buscar su par de calcetines, pero quedó descartada la idea cuando otro gemido salió de los labios de su amigo, por lo que su siguiente misión era buscar su par de zapatos.

¡Dios! La resaca no le ayudaba y la ansiedad de que en algún momento YoonGi se despertaría le provocaba temblor en sus manos, quería llorar por lo confuso y extraño que era todo y ... ¡Carajo, dónde había dejado esos malditos zapatos!

Lloriqueo.

— Mierda, me duele todo — se escuchó de fondo.

Quedando como una estatua en un museo Jungkook se quedó inmóvil mientras de forma lenta volvía a dirigir la vista a su Hyung quien se encontraba sentado pero sin abrir los ojos y todavía adormilado.

F•R•E•N•D•S (Yoonkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora