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La lluvia caía estrepitosamente, no parecía que se detendría pronto.
Ambos chicos esperaban en la parada de bus, que afortunadamente, tenía techo, por lo que no se estaban mojando con la lluvia, pero Kyle sentía como se congelaba hasta los huesos.

—Viejo... Donde carajos está el bus...

—No pensé que nos tomaría lluvia de sorpresa... Perdón, Kyle.

—No te preocupes.—Entrelazó sus manos.—Ninguno sabía que esto pasaría. Si en media hora no llega el bus, llamaré a mis padres, ¿Sí?

Craig asintió.
Aún con el frío que los rodeaba, sus manos entrelazadas se sentían cálidas, tanto como ellos se sentían cuando estaban juntos.

Un pensamiento, tan rápido como la luz, cruzó la mente de Kyle.
Quizás.... Solo quizás...
"¿¡Estoy enamorado de Craig!?"

En silencio, rezando por que Craig no escuchase los latidos de su corazón, finalmente cayó en cuenta de todo lo que habían hecho juntos la última semana.
Y lo aceptó. Sí. Estaba enamorado del idiota de Craig Tucker, quien al solo mirarlo lo hacía sonreír sin esfuerzo.

Después de un largo rato esperando, decidieron finalmente llamar a los padres de Kyle. Quienes llegaron en un santiamén.
Subieron al auto, siendo recibidos por un cálido ambiente.

—De veras, chicos, venir tan lejos hasta tan tarde fue muy irresponsable de su parte ¿Por qué no llamaron antes? Está lloviendo a Cántaros y seguramente están congelados. Si uno de ustedes se resfría no permitiré que salgan más durante el invierno juntos. No puedo creer que ninguno de ustedes haya revisado el pronóstico del clima antes de salir. En serio, que irresponsable de su parte. Más le vale que no suceda de nuevo, si no, voy a-

—Sheila.

Su esposo la silenció, y sin decir nada le indicó que viera a los chicos, quienes estaban dormidos en el asiento trasero, Kyle apoyaba su cabeza en el hombro de Craig, y él, sobre la cabeza del pelirrojo. Aún, con sus manos entrelazadas.
A lo que ella suspiró y no volvió a decir nada más.

Al llegar a casa, Sheila los despertó suavemente. Kyle se despertó en un segundo, en cambio, Craig parecía profundamente dormido.
El chico al ver que sus manos seguían juntas, se puso nervioso y las separó, de inmediato miró a su madre, quien solo sonrió y bajó del auto con su esposo.

"¿¡Que se supone que significa esa sonrisa!?"

Suspiró y se dispuso a intentar despertar al pelinegro a su lado.

—Craig... Despierta... ¡Craig!

—Estoy despierto...—Lo rodeó con sus brazos, no parecía que se levantaría pronto.—Cinco minutos más.

—Cinco minutos más mis pelotas. Levántate.

—Háblame bonito. Trátame como tu esposo.

Kyle, haciendo su mejor esfuerzo para dejar su orgullo de lado y no pensar en la extraña solicitud del chico, respiró hondo, de todas formas solo eran ellos dos ahí.

Sostuvo su rostro con sus dos manos y le besó la punta de la nariz.

—Cariño, por favor, levántate.

—Hmm.... No.

Kyle estaba molesto. Quería entrar a su casa lo más pronto posible.

—Craig eres insoportable. Levántate de una puta vez, iré a buscar un paraguas para caminar contigo hasta tu casa, ¿Sí? Cuando regrese más te vale que estés más que dispuesto a salir del maldito auto.

—¡S-sí!

Al regresar con el paraguas, Craig de inmediato salió del auto y caminó hacia él.

—Solo quería que me hablaras lindo.—Sollozó Craig.—Además, solo me diste un beso en la nariz.

Juntos A SolasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora