CAPITULO VI. EL TRATO

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Lauren caminaba mientras tarareaba una canción, había visto a su antigua compañera, pero decidió ignorar que se acercaba con prisa hacia ella.

—Así que ahora eres pelirroja —murmuró Camila con expresión ausente.

Lauren prefirió no responder, se detuvo frente al ascensor y esperó a que este bajara.

Camila profirió un suspiro exagerado ante su total desinterés.

—Entonces, te vas a casar —insistió Camila, esta vez recargándose a un lado del ascensor para quedar casi frente a ella.

Lauren continuó con ese silencio que sugería su disgusto por el atrevimiento de la persona que durante mucho tiempo la borró de su vida.

—Lauren...

—Déjame en paz— masculló aún sin mirarla, pero con una expresión que delataba su incomodidad.

—Ojalá pudiera —murmuró Camila con un suspiro resignado—, pero estás aquí... justo en el mismo sitio donde estoy yo.

—Solo ignóralo.

Camila sonrió, con una expresión que denotaba incredulidad.

—Claro, ignóralo; como si eso fuera posible.

—Estabas lejos hasta hace un minuto, solo guarda tus distancias y no me cruzaré en tu camino. Si no lo notaste, tomé el camino más largo hacia el ascensor para evitar cruzarme contigo.

—Cómo no podría darme cuenta. El rojo de tu cabello fue muy difícil de ignorar ¿sabes? Estaba allí, intentando buscarte entre los huéspedes... y de pronto, se me cruzó una visión pelirroja. Resulta que eras tú, así que aquí estamos.

—¿Qué quieres? —preguntó Lauren— ¿saludar? Está bien. Hola y adiós.

—Entonces ¿sí te casas? —respondió Camila mientras el elevador timbraba anunciando su llegada.

El elevador se detuvo y las puertas se abrieron, dejando salir a dos integrantes de un grupo del momento, que al paso les dedicaron una sonrisa a las dos.

Uno de ellos se detuvo a hablar con Camila, y el otro lo intentó con Lauren.

—Lo siento, tengo prisa —dijo Lauren, mientras entraba al pequeño cubículo... e intentó dejar a Camila fuera, pero esta fue muy rápida y se metió con ella, apresurándose a apretar cualquier botón para dejar fuera ni más ni menos que al mismísimo Chris Evans.

Lauren estaba muy extrañada por el comportamiento de Camila, después de la manera en que la había borrado de su lista de amistades, por no decir otra cosa.

—Entonces, se llama Ricardo —dijo Camila para romper el silencio que se tornaba muy incómodo.

—No sé de lo que hablas.

—El tipo con el que sales.

—No se llama Ricardo, no sé de dónde sacaste ese dato. Y es mi novio, no el tipo.

—Elaine dijo que el shippeo era Laurick, por eso supuse que...

—¿Elaine? No conozco a ninguna Elaine. 

...el nombre me suena. Pensó Lauren

—Una amiga amante de lo ajeno, no importa. Entonces se llama Rick.

—Patrick —murmuró Lauren.

—Ah, Patricio —dijo Camila.

—Patrick...

—Da igual, él me importa una mierda.

—A la única que le tiene que importar es a mí.

El elevador timbró anunciando la llegada, pero Camila volvió a apretar cualquier botón y este inicio un nuevo recorrido.

Las Amazonas (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora