8:30 de la mañana.
Narra taiju.
Hoy es la primera vez que dirigiré una misa para estas chicas, no es como si no hubiese predicado anteriormente frente a varias personas pero se notaba desde lejos que estas mujeres estaban bastante hormonadas, podía notar como se ruborizaban ante una mirada mía... no puedo creer que sean tan débiles, pero en fin mi misión aquí no es fijarme en la pena que puedan sentir al verme ni mucho menos preocuparme de niñas mal pensadas, cada uno piensa la mierda que le salga del puta alma.
Mire la estola, el Alba, el cíngullo, la dalmática, atuendos que son propios de los sacerdotes los cuales estaban sobre mi cama perfectamente ordenados, en fin aún soy muy joven para esto, apenas tengo 19 años pero... mientras este aquí tendré que cumplir las normas.
Me encontraba desnudo frente al espejo, desordene un poco mi cabello con mi mano y admire mis hermosos tatuajes, es un milagro que me hayan dejado entrar como sacerdote siendo un hombre con tatuajes en este templo cuando antes en otros monasterios o conventos no me permitieron entrar por a verle faltado el respeto a mi cuerpo de aquella manera, ya que el cuerpo es nuestro templo sagrado, regalo de Dios que debe ser cuidado. ¿Pero sabes Dios? Yo te amo e independientemente que tenga tatuajes en mi cuerpo, al menos valoras que hoy en día alguien como yo sea fiel seguidor de ti y de ningún otro.
Me vale mierda la opinión de estos tipos que hacen creer no haberse cogido alguna monja en su vida, pero en fin ¿quién soy yo para juzgar a estos hijos de puta? solo Dios juzga la acciones de sus hijos.
Suspire y comencé a vestirme lentamente, puesto que aún quedaba media hora para el culto, además el sacerdote Angelo se fue por una semana a esparcir sus creencias a otras partes de Japón y me dejó a cargo a mí del convento por esta semana, así que me tocará atender a mí a la chica nueva al igual que a mi le dio ciertas libertades que a las demás chicas no, una de ellas por ejemplo fue llegar a la hora que ella quisiera cuando la llegada al convento es a las ocho de la mañana. Eso ya de por sí es sospechoso...
Después de vestirme y arreglar mi cabello salí con la biblia en mi mano y El Rosario en mi otra mano, salí de mi habitación y cerré con llave la puerta de mi habitación, suspiré y caminé al templo a paso lento. Camine por los grandes pasillos desiertos de este gran convento y tomé la perilla de la puerta que daba paso al altar. Entre y los otros pequeños chicos me esperaban uno a cada lado de la mesa, caminé hasta el medio y dejé la biblia sobre la mesa y mire hacia al frente, odiaba esta calma pero amaba que me mirasen con aquel desmesurado respeto en sus ojos.
—De pie —di la orden y todas al mismo tiempo se levantaron rápidamente. Comencé hablar pacíficamente sobre algunos versículos que hablaría el día de hoy hasta que la puerta principal del tempo se abrió de par en par, fruncí el entre cejo y alze la mirada hacia la entrada, noté como todas las niñitas Virgenes se giraron a mirar hacia l entrada principal y mis ojos se abrieron de par en par al ver entrar aquella chica.
Ella estaba con la túnica demasiado ajustada a su cuerpo, podía distinguir bien las curvas de su silueta, el cinturón estaba muy apegado a su cintura, su mirada era angelical e inocente, ella siguió caminando por el pasillo en el cual la recibía aquella alfombra roja que llegaba a mi pies. Ella caminó hacia mi con la cabeza gacha, como si estuviese apenada, sentí un extraño cosquilleo recorrer mi cuerpo. Mientras más se acercaba más notaba que al parecer no llevaba el brazier puesto, Podían notarse sus pezones erectos posiblemente por el frío de la mañana.
Sin ninguna expresión me acerqué a ella y la miré de más cerca, ella alzó la mirada, sus ojos eran color (color/ojos) y su tez (color/piel) por el velo no alcanzaba a ver el color de su cabello. Nunca había visto una expresión tan angelical como la de esta chica, maldición Taiju no te desconcentres ahora.
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En el nombre del Padre. (Taiju shiba x t/n) 🔞
Fiksi Penggemar"En el nombre del padre, juro que me vengaré ". Soy yo aquella la que hará morder de la manzana a tu adorado hijo, yo si pecare en nombre de mi hermano, aquel que fue consumido por tu infernal tormento... es mi turno de atormentarte con lo que más...