11 - C.R

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Pase toda la tarde en casa de Samuel, si mi plan iba a funcionar tenía que acercarme a él y fingir que me gustaba.

- ¿Y esta es tu idea? ¿La piscina? – dije poco sorprendida

-No cualquier piscina, estás en mi casa.

- ¿Qué vamos a hacer?

Samuel se levanta del sofá que se encuentra al lado de la piscina, quita su camiseta.

Verlo así provocaba algo en mí, tenía cuerpo desnudo, los músculos, joder... era muy sexi.

No debería pensar en esas cosas, jamás.

Luego quita pantalones quedando en un bóxer negro que le quedaba perfectamente.

Ahora entiendo ese dicho que puedes odiar a la gente, pero también sentir atracción hacia esa misma persona.

- ¿No piensas quitarte la ropa?

Sonreí suavemente, quería volverlo loco de nuevo... quité mi vestido rojo quedando en ropa interior que le dejaba con boca abierta.

- ¿Y ahora qué? – pregunte

Samuel sonríe, da un paso hacia mí, se hace ingenuo, pero de pronto me toma por la cintura.

-Samuel, para...

-Ya verás que se te va a bajar el humor en cuanto te tiro en agua fría – decía riéndose

-Ni se te ocurra!

Estaba loco, totalmente.

-Shhh... que tú eres una princesa, puedes soportar agua fría – susurra

-Samuel!

Samuel me tira en el agua, pero cae junto a mí.

Nos encontrábamos en el fondo de la piscina juntos, era como un lugar seguro donde realmente veía a un Samuel sin vicios ni defectos, un Samuel real.

Nos acercamos bajo del agua besándonos, pero en cuanto saltamos hacia arriba nos quedamos mirando.

Había cierta atracción entre los y no puedo negarlo, él pone la mano sobre mi mejilla y nuestras narices se tocan, nuestros labios se unen en un beso apasionado y sensual.

AÑO 2012

Uno de los peores días de mi vida era cuando un día desperté temprano y fui al colegio, al entrar me encontré con Lu que se hizo mi amiga de manera rápida. Me decía que algo malo paso y vi todas mis fotos en las paredes y algo estaba escrito con grandes letras: ZORRA.

-Carla...

-No...

-Cálmate, por favor.

Mucha gente se reía de mí, lo último que vi antes de salir corriendo de pasillos era la cara de él, la cara de imbécil de Samuel.

Después de eso, pase muchos días en mi casa, no quería volver al colegio, mis padres también estaban preocupados por mí y no me dejaban volver.

Durante un momento me sentí mal, tenía que salir y dar un paseo.

- ¿A dónde vas? – pregunto mi papá

-Necesito tomar un poco de aire.

-Está bien, como tú quieras.

Salí de casa y no pude creer, vi a Samuel bajar de su moto y acercarse a mí.

-Hola.

Esto debe ser otra mala broma de su parte, porque estaba completamente segura que fue el quién hizo esa mala broma.

-No tengas miedo, yo solamente quiero ayudarte.

Ni siquiera lograba reaccionar cuando mi papá salió de casa atacándolo.

- ¿Viniste para seguir destruyéndole la vida a mi hija? ¿Qué no era lo suficiente lo que hiciste el otro día?

-Yo no...

-No te quiero volver a ver cerca de ella, por tu culpa y de tus amigos está mal, está estresada y no tiene ganas para nada.

-Yo solamente vine para pedirle perdón.

-No te creo nada, tú estás detrás de ese macabro acto.

-Yo no lo hice, se lo juro.

Mi papá lo agarra por el brazo sacándolo fuera de jardín, estaba más molesto que yo y yo tampoco le creí nada.

Someone You Loved - CARMUELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora