|Aclaración: Esta historia no es transfóbica. Pero puede contener escenas que incomoden a ciertos lectores. Si esto te afecta, te recomiendo no seguir leyendo. Yo mismo soy un chico trans y creo que no todxs nacen sabiendo del tema. Aún así, se puede aprender en el camino. Enjoy! (;|
Me desperté una vez más en medio de la noche. Mi pantalón rogaba por que me los quitara y pudiera liberarme. Mis colmillos habían crecido por completo, mordiendo mis labios enrojecidos por el fervor de probar el cuerpo que les provocaba este lamentable, pero tan deseable estado.
Dios, necesitaba aparearme, con aquella hembra que me tenía loco.
Me puse de pie de inmediato. Esta vez no la perdería.
Me volví invisible y me dirigí sigiloso hacía donde provenía aquel aroma hipnotizante.
No era capaz de ver nada a mi alrededor, a excepción del color rosa de las hormonas que estaban esparcidas por casi todo el edificio. Esta vez eran mucho más fuertes que las anteriores.
Avancé hacia el departamento donde se condensaba la esencia. Sentí que atravesé una puerta, y pude escuchar los suaves gemidos de alguien.
—Mhm, ahm...
Murmuraba la voz despacio, como si no quisiera que nadie le escuchase, pero a la vez desease que todo el mundo supiera sobre sus lascivos actos.
No pude evitar llevar mi mano derecha a mi miembro erecto y comenzar a masajearlo, con cierta torpeza, por lo desesperado y entusiasmado que estaba de por fin sentir lo que tanto había buscado.
—¡Ah! —escuché a alguien gemir desde dentro de la habitación. Mientras de fondo se escuchaban los húmedos sonidos de una vagina siendo manipulada.
Me relamí los labios antes de echar un vistazo y casi me deshago de mi invisibilidad por la pura impresión de lo que había presenciado.
—¿Joseph...? —dije para mí mismo, mientras abría los ojos en grande, escéptico de lo que acababa de ver.
Quién estaba en aquella habitación no era nada más y nada menos que mi vecino Joseph.
Mi amigo Joseph.
Mi tierno Joseph gimiendo y jadeando en una cama.
—¿Cómo? —pensé estupefacto. Y fui a dar un rápido vistazo afuera del departamento.
Ciertamente, ese era el número del departamento de Joseph. Y no me había percatado, cegado por las hormonas.
Me pasé la mano izquierda por el rostro, antes de largar un suspiro y volver al pasillo que daba hacia la habitación del rubio.
—¿Qué he hecho? Invadiendo su privacidad de esta manera. Pero yo juré que él... —pensé y luego en mi mente algo hizo "click". Fijé mis ojos un hecho que, ante la impresión, había pasado desapercibido. —¿Una hembra?
Fruncí el ceño, ¿cómo era eso posible?
Mis ojos se desviaron y se encontraron con un cuadro colgado en la pared. Allí estaba Joseph sonriendo junto a un grupo de personas, mientras sostenían un papel. El titular de la noticia decía: los primeros jóvenes trans en hacer su cambio de sexo registral a los 16 años.
Un recuerdo vino a mi mente:
...
—Oye... —murmuró el rubio, con un tono bajo. En aquel entonces llevábamos poco tiempo conociéndonos, y esa era la primera vez que lo oía hablar de esa forma, tan sumiso.
ESTÁS LEYENDO
Sinner | Pecador
Random"Demonios y humanos. Provenimos de dos mundos diferentes, pero tenemos más en común de lo que creen. Al final, todos somos iguales bajo la cama. Pero, humanos. No tengan miedo. Créanme que ustedes son más tenebrosos que nosotros." Advertencias en lo...