⸸ Parte 2 ⸸ [MT]

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| Aclaración: Contiene escenas sexuales. Y no son del "todo" entre dos hombres cisgénero. Eso ya vendrá más adelante (; |

Debía de estar soñando, ¿verdad?

Se quedó dormido por el aburrimiento con ese manga, ¿verdad?

Por supuesto, era imposible haber hecho aparecer un hombre de la nada.

"La materia no se crea ni se destruye, solo se transforma".

Y bien, entonces, cómo mierda explican a aquel sujeto, desnudo, en medio del pentagrama, que tenía al aire libre su...

—¡Pe- pe- pene! —gritó Henry y rápidamente agarró una almohada para lanzársela. El contrario la esquivó con un solo movimiento.

—Vaya, qué manera de recibirme. ¿Así es cómo se saludan ahora? —preguntó el muchacho curioso y le lanzó la almohada de vuelta, haciendo que chocara dolorosamente en el rostro del contrario.

—¡Qué mierda te pasa! ¿Quién eres? ¿Dónde está la chica? La súcubo con tetas grandes... —Henry tomó rápidamente una regla sobre su escritorio para defenderse y le amenazó. Bueno, no es como si tuviera muchas armas cerca como para elegir otra cosa. —Espera, ¿cómo entraste aquí?

—Pero, cariño, ¿qué pregunta es esa? —dijo el hombre y puso su mano en su cadera. —Tú mismo me has llamado y ahora te haces el desentendido. Me hieres, lindo.

—¿Qué...? —musitó extrañado y luego preguntó con cierto miedo. —¿Eres la súcubo?

El aludido sonrió de lado y jugó un par de segundos con un mechón de su cabello antes de responder.

—Sí, hago el mismo trabajo que ellas, pero, cariño, ¿tengo pinta de mujer? —respondió relamiendo sus labios y luego llevó su mirada a su miembro expuesto.

Henry miró aquella zona unos segundos, paralizado, hasta que finalmente su cuerpo respondió.

—Joder, ponte algo... —exclamó el contrario y le lanzó su toalla que había usado hace poco.

El pelinegro la tomó y se la puso como capa.

—¿Eres imbécil? —gruñó Henry. —Tápate el pito, pervertido.

El hombre no pudo evitar reír un poco.

—¿Qué pasa, lindo? —preguntó burlescamente. —¿Nunca has visto un pene?

—Sí, pero nunca uno así y- y- y- tan cerca. —dijo, quitando la mirada. Y el joven con una sonrisa enrolló la toalla en su cadera.

El extraño le dijo que ya estaba listo y Henry le miró de vuelta.

—¿Quién eres? —increpó el castaño luchando contra el pánico que le invadía. No era cosa de cada día tener a un absoluto desconocido desnudo en medio de tu dormitorio.

—¿Quién soy? Pregunta incorrecta, ¿quién eres tú? —dijo acercándose y el chico le miró con miedo. El demonio rió. —Bromeo, bromeo. Yo sé quien eres, Henry. —respondió y pronunció lentamente la última frase. —Y lo sé muy bien.

—¿Cómo sabes mi nombre?

—Pero cariño, qué dices. Tú me diste tu nombre cuando me llamaste.

Henry abrió sus ojos un poco y recordó lo que había hecho durante el ritual.

—Tu nombre... ¿Empieza con Z no?

—¡Ding, Ding, Ding! —dijo el joven moviendo su dedo índice. —Correcto, Zack es mi nombre de demonio.

Sinner | PecadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora