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En 1963, el vocalista de Los Dukes vestía con corbata, traje y tenía el corte de pelo al estilo “beatle”, se dice que en ese tiempo el se aficionó a las pastillas estimulantes, porque el grupo presentaba la agotadora cantidad de 11 shows los fines de semana.
Donovan que utilizó también los apelativos de Caseros Boy, Gusano Valdez, Ramsés VII, y a veces su verdadero nombre José Alberto Iglesias. Pero más que nada fue conocido como Tanguito.
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Más que una leyenda del rock argentino, ha sido una persona real, golpeada y carismática, creativa y melancolíca, con ambición y una bronca sin aflorar. Fue querido en gran medida, pese a su mania de pedir cosas prestadas y no devolverlas, de salir corriendo sin pagar el taxi o los cafés en cualquier lugar. En los cafetines de Buenos Aires, solía preguntar si había café, cuando el empleado le decía que si, él agradecía y salía del lugar.
En 1967, participó como invitado en el programa de televisión “Sábados Continuados”. Allí tocó «La balsa ” y “El vagabundo”, fue contratado para otras presentaciones. Al poco tiempo cobró las regalías por ser coautor de La balsa, para la época el dinero representaba una cantidad apreciable, especialmente para un roquero de ese momento en la Argentina.
Entre las aspiraciones de Tanguito siempre estubo la de grabar un disco. Pronto comenzó a recorrer los sellos discográficos. Nadie lo aceptaba para una grabación, hasta que el estudio Mandioca plasmó su deseo en la grabación de un acetato denominado «Natural».
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José Alberto Iglesias, pasaría algunos años azarosos entre drogas, alcohol e internaciones, hasta que el 19 de mayo de 1972, luego de escapar del centro Borda, fue arrollado por un tren en el puente Pacífico de Buenos Aires. Los restos de Tanguito, fueron enterrados en un nicho con número 73, en una fila superior, en el cementerio de San Martín.
El único disco grabado por Alberto Iglesias, fue editado en forma póstuma con el nombre de «Tanguito».
