1/7; Ácaro

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Lunes 18 de abril, 1987.

Benjamin ya iba camino del instituto, cuando vió a lo lejos el colegio de Zachary. Entonces, se desvió y cruzó el paso de cebra. Se plantó en la entrada y esperó a que el niño y su hermano vinieran. Ya había unos pocos niños correteando por allí, pero no vió a ninguno pelirrojo entre ellos. Se sentó en un banco, y sacó una cajetilla de cigarros, luego extrajo uno y le prendió fuego. Lo introdujo entre sus dientes y, poco después, comenzó a consumirlo.

Los minutos pasaban al ritmo de las horas. Mientras que el rubio consumía el cigarrillo, jugaba con las suelas de sus zapatos deportivos. Levantó su vista por un momento. Allí a lo lejos, al fin vió a dos siluetas conocidas; dos hermanos felices, dados de la mano y charlando alegres. Se levantó para ir con ellos.

—¡Ben! —Exclamó el niño al verlo, luego saltándose de la mano de su hermano, y empezando a correr hacia él.

El pequeño pelirrojo rápidamente llegó junto al rubio, y lo envolvió en un abrazo. Mientras su hermano llegaba a paso lento, sonriente.

—Buenos días. —Se dirigió Ben al niño, que lo envolvía con sus pequeños brazos.

El niño no respondió, se quedó inmóvil mientras seguía envolviendo al rubio.

El ojiverde levantó su vista del niño para dirigirla al pelirrojo, que estaba allí plantado mirándolos y sonriendo. Le dedicó una dulce sonrisa, para luego volver a bajar su cabeza hacia el niño.

—Tengo una regalo para tí. —El niño, emocionado, se separó de repente, e introdujo una de sus manos en el bolsillo de su pantalón vaquero. De allí sacó un papel doblado, que luego entregó al rubio.

Ben lo aceptó con gusto, rescatando en sus manos el arrugado papel. Lo desplegó, y sonrió tiernamente al ver lo que escondía; era una dibujo hecho por Zack, en los que había retratado a Harriet, a Joe, a Ben y a él mismo. Estaban juntos en un prado, con un Sol mal dibujado y unas flores moradas algo deformes. Cada individuo tenía su nombre escrito en lo superior de su cabeza, aunque la caligrafía fuera ciertamente ilegible.

—Dibujas muy bien. —Le sonrió.—
Es muy bonito.

—Gracias. —Le devolvió la sonrisa el niño, entusiasmado.

Antes de que ninguno de los tres pudiera decir algo más, el timbre del colegio sonó. Zack corrió hacia allí, despidiéndose con la mano y después yendo junto a algunos niños.

—Te quiere más a tí que a mí. —Vaciló Joseph, a lo que el rubio giraba la cabeza en su dirección.

—No creo. —Rió el rubio.




Lunes 23 de mayo, 1987.

Durante aproximadamente unas cuatro semanas, Ben frecuentó acompañar a Joe y a su hermano al colegio, y luego irse junto al mayor hacia el instituto. Durante aquellos treinta y cinco días, nisiquiera juntaron sus labios. Tampoco hablaron sobre ello, claro. Nunca lo hacían. Pero, un lunes caluroso por estar situado en mayo, eso cambiaría.

Los dos iban de camino hacia el instituto, ya habían dejado a Zack en el colegio. Pero, de pronto, una idea rondó por la cabeza de el rubio. Y fue querer saltarse todas las clases junto al otro. Recordó que en su casa no había nadie. Su hermana estaba en el instituto, y sus tíos estaban trabajando. Se lo propuso al otro, y este, con algo de nerviosismo, aceptó. 'Está bien, además quiero pasar más tiempo contigo'.

Cambiaron su rumbo hacia la calle Bennett. Mientras reían y conversaban iban observando las casi vacías calles, con apenas unas pocas personas paseando a sus perros o saliendo a dar un paseo. No había apenas gente, porque los niños ahora estaban en el colegio, y los adolescentes en el instituto. O al menos, eso debían. Aquellos dos no.

𝐁𝐞𝐡𝐚𝐯𝐢𝐨𝐫 - HardzzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora