†Conquista†

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La ciudad estaba movida, algunos guardias estaban pendientes de la polis mientras los comerciantes terminaban sus mercancías. Estaban en uno de los lugares más seguros de Grecia, una ciudad que si bien no estaba amurallada... Si estaba en una montaña alta y escarposa con solo una entrada y una salida.

Aunque por eso mismo... No sabían que estaban escalando algunas personas... Muchas. Todas ellas estaban armadas y su líder que estaba al frente los detuvo, un soldado griego se asomo y al verlos antes de que pudiera avisar de los intrusos el líder se impulso y con el escudo lo derribó.

Los mercaderes voltearon a mirarlos y algunos comenzaron a correr - ¡vikingos! - y con eso algunas campanas comenzaron a sonar.

Rub sonrió y alzó su hacha - arqueros - una fila subió con el, los soldados que venían de la ciudad corrían hacia ellos - lancen.

Algunas flechas dieron en su objetivo, quitándose así algunos soldados, el resto de vikingos subieron y fueron a atacar al resto, el resto se escondía en una Catedral, ellos ya habían aceptado el cristianismo... Y temían por su alma.

No pasó mucho cuando abrieron la puerta, un silbido comenzó a hacerse presente con unos pasos ligeros, los omegas se encogieron mientras algunos alfas intentaban defenderse pero era inútil... Al fin terminaron mordiendo o siendo parte de algún juego macabro.

Al terminar el asalto algunos omegas fueron seleccionados para ser sirvientes... Entre ellos iba un azabache, de unos hermosos ojos violeta que había capturado Rub, lo había visto oculto en detrás de una gran estatua... No le fue difícil capturarlo pero quedó fascinado con sus ojos.

Ahora, los subían a un barco, un albino se acercó a rub y le tocó el hombro - bien hecho Rubius, atravesar todo el mar hasta aquí, y esperar... Fue una de tus más grandes ideas.

- no lo hubiera podido hacer sin ti - sincero - eres como un hermano.

El de ojos más claros asintió - venga, hay que celebrar esto cuando lleguemos a casa.

- lo voy a celebrar en grande... - miro atrás suyo, donde estaba el omega amarrado de pies y manos, al igual que tenía una mordaza y lo miraba con temor y extremo miedo.

Un cuervo se posó al lado de ambos y estos sonrieron, tardarían tal vez dos días en llegar a su reino, era pequeño si, pero tan reconocido he importante comercialmente que era casi un centro.

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Al llegar fueron recibidos por mucha gente que le ayudó a bajar todo el oro y plata que habían llevado, por su parte Rub bajó y fue recibido por su esposa, una omega pelirroja.

Nieves lo abrazo y beso, luego miró detrás de él, al ver el azabache sonrió - ven esposo, hay que celebrar que tu viaje a tenido éxitos.

El castaño asintió, comenzado así a caminar un poco hasta llegar a la casa principal, donde vivían. Si bien el ya no sentía amor por nieves... Creía que tenía que estar para ella, después de todo fue la mujer que lo llevó a donde estaba.

Al entrar ya les esperaba hidromiel, cerveza, comida y música, sonrió y miró a una de las sirvientas, esta se acercó y se llevó al pelinegro. Mientras que el se sentaba a comer, había desde conejo hasta ciervo, su gente estaba ahí celebrando, ese verano había sido muy bueno... Solo esperaba una noticia más una que a pesar de los años sabía que no llegaría, al menos no de boca de su esposa.

La miró, ella reía y tomaba con ellos, sus facciones eran delicadas y finas, su cabello perfectamente trenzado y peinado, decorado con lo que una reina se merecía. Sonrió a sus adentros, estiró una mano y acarició el rostro de la mujer - ¿pasó algo Rub?

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