Yo soy Massimo Santoro en español mi nombre sería Máximo, mis padres eligieron ese nombre porque significa el más grande y ese soy yo. En Italia todos me conoces con el Diablo porque soy el rey de la mafia, lo que digo es ley y mis órdenes no se pie...
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_Narra Leonor_
La semana paso muy rápido y hoy es el último día que veremos a los niños, en unos minutos llegaremos al hotel y no puedo describir la alegría que tengo al ver los rostros llenos de felicidad que tienen los niños al saber que van a un lugar a divertirse.
Tengo que agregar que ha sido algo difícil la semana por culpa de ese hombre. Se pasea por el apartamento solo con pantalones su abdomen esbelto y tatuado lo pasea como si nada. También a tenido el atrevimiento de entrar a mi habitación cuando me estoy vistiendo. Fue una semana de mucha tortura no lo puedo negar.
Llegamos al lugar y un empleado nos dirigió al lugar, todo es tan lujoso que no podía creer que los niños van a pasar el día aquí, todos optaron por ir primero a la piscina así que nos llevaron a unas habitación donde nos podemos poner los trajes de baños.
- Señorita Leonor, permítame llevarla a su habitación. - todos me miraron sorprendidos y yo por mi parte estaba muy apenada.
Le dije a Massimo que le mostraría mi ropa de baño que solo se usaría en privado como premio por dejarnos usar el hotel, pensé que se le había olvidado pero es imposible que a una bestia como esa se le olvide algo así.
- Aquí estamos puede ponerse cómoda. - el joven hace una seña con la mano para que entre a la habitación, es prácticamente como el Departamento que tiene Massimo, el joven comienza a retirarse pero lo detengo.
-Disculpe, ¿Donde está Massimo? - el joven no puede creer la confianza con la que pronunció su nombre.
-El señor Santoro estará con usted en unos minutos. - después de eso me dejó sola con mis pensamiento es la primera vez que escucho su apellido.
Comencé a tener una lucha interna por cual elegir, el blanco o el negro y al final me decidí por el segundo y fue una buena elección, el color negro hace que mi piel se vea más blanca de lo que es. No es un traje de bajo sino más bien algo muy sensual y erótico.
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-Tú lo único que has hecho es torturarme y hora te viste de esa manera para mí, dime, que quieres que pienses. -Escucho su voz ronca a mi espalda.
Se hacerca hasta donde estoy y recorre mi piel usando los límites del traje, esa caricia provoca un escalofrío en todo mi ser y un deseo que se aloja en la parte inferior de mi cuerpo.
Massimo acarició mis labios con su lengua lo que hizo que me sobresaltara, cierro los ojos esperando el beso que nunca llegó, abro los ojos para ver el rostro de Massimo iluminado por una sonrisa, es la primera vez que lo veo sonriendo y se mira muy sexy.
-Dime que es lo que quieres Leonor y yo te lo daré. -Susurra en mi oído cada palabra con mucha sensualidad.
-No necesito pedir para obtener lo que quiero. - enrollo mis brazos en su cuello y tomó como rehén sus labios. El beso en un comienzo es suave pero después de unos minutos Massimo tomó el control y el beso se convirtió en un beso que gritaba lujuria y deseo.
Massimo acaricia mi cintura pero sus manos se deslizaron hasta mi trasero y lo apretó con fuerza que de mi garganta se escapo un jadeo que el mismo silencio con sus labios. Este hombre si sabe que hacer para conseguir lo que quiere.
¡¡Leonor, despierta si acepta que esto siga vas a perder!!! Mi conciencia me despertó del trance del que Massimo me llevó en unos minutos y me aparte de él.
-¿Que sucede hermosa? - su pecho se levanta un baja por lo excitado que esta al igual que yo pero trato de tranquilizarme y poder tomar el control. -Íbamos tan bien.
-El premio que te daría no incluye algo más que el beso y la vestimenta que ahora tengo puesta solo para ti. - el ríe mientras vuelve acercarse a mi.
-Pensé que lograría hacerte caer pero eres más firme de lo que pensé y sabes que eso hace que me gustes más. - ¿Que le guste? ¿Esto no es un mero capricho?
-Tengo que cambiarme, los niños ya deben de estar esperando en la piscina. - me dirijo al baño para poder cambiarme pero sus manos envueltas en mi cuerpo me retienen.
-Lo digo en serio, me gustas y también los trucos que usas conmigo, parezco un perro siendo entrenado por su dueña. - mi corazón empezó a latir con más fuerza y no puede evitar reír y me di la vuelta para ver su rostro.
-Tú no eres un perro, eres una bestia que esta siendo entrenada por una maestra así que no soy tu dueña. - él me da castos besos en los labios mientras habló.
-Si quiere te puedo dar la correa para que seas mi dueña. - cada palabra que dice me hace reír y el parece gustarle eso.
-Te diré cuando sea el momento adecuado para que me puedas dar la correa. - Leonor te das cuenta que estas teniendo una conversación tan amena con el hombre que te secuestro y te tiene viviendo en su departamento y lo peor es que te gusta, se sincera contigo misma.
