Una anécdota antes de empezar

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Dicen que el placer más grande, es el toque de aquello que más nos gusta, y que la canción más pegajosa, es aquella capaz de generar recuerdos, es por eso que cuando el roce de un filo me traspasa lloro de placer, y al escuchar un bebe gritar de horror me hace gemir de alegría, la de escuchar la canción más pegajosa.

Esta noche la música es muy ruidosa, oh bebe, demuéstrame cuál es tu verdadero volumen, y si es verdad que alguien bailara conmigo. Tus pequeñas piernas ya no tienen utilidad más que la de ser objeto de decoración en mi lengua, pues tu líquido es más dulce que el de una dama decapitada; esos brazos que he arrancado expían el pecado de la masturbación, pues ya no es mi mano derecha la que jala mi genital, porque ese ahora es trabajo de tu mano izquierda.

Tu tronco solo es alimento para los asnos padres que tienes en el sótano, el volumen de las canciones que producen es casi nulos, el desgarre de oírte, sollozar hasta la muerte les ha arrebatado las cuerdas vocales. A tu madre le he entregado para la cena tus ojos, oídos, dedos y lengua, a tu padre le he dado de llavero tu pene mutilado, solamente en caso de que hoy, él pierda el suyo.

Como hombre que soy, soy merecedor de los placeres sexuales que ofrece la vida, como tener relaciones con una mujer... y su marido. ¿Quién es capaz de resistirse a esos glúteos apretados?, esos que con despellejarlos con un machete se calientan más con su salsa especial al rojo vivo; cuando me aburro de penetrar en el mismo culo, pongo su rostro en el inodoro y bajo la cisterna, dejándote en una pose provocativa para parármela.

Cuando está tan eréctil que tiene que estallar me gusta degustar unos buenos pechos, desgraciadamente a tu madre se le habían caído después de tanto masticarlos, ¡pero no te preocupes!, solo debemos remplazar sus tetas con sus nalgas blancas. Después de haber realizado el debido trasplante le di un debido descanso, pues de ahora en adelante ya no tendría que ver escuchar o sentir, porque a tu dulce y pequeña cabeza le he puesto sus ojos, oídos, dedos y lengua.

¿Y a mí?

Yo me puse tus brazos de bebe, así cuando me masturbe sentiré que son los brazos de otro.


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