Una unión matrimonial arremete a Alekey cuando se ve forzado a convertirse en el esposo omega de Lev Ivanov; un alfa dominante y puro que tiene, entre muchas cosas, poder, riqueza y, oscuros secretos. La vida da un giro paralelo cuando Alekey no con...
"Este día no volverá jamás y quien no lo saboree y perciba su olor, no se le ofrecerá por segunda vez en toda la eternidad."
-Hermann Hesse.
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Moscú, Rusia.
Suspira derrotado, debido al cansancio de mover cajas de un lado a otro. El relleno del diminuto sofa acoge su pequeño cuerpo y comienza a adormecerlo. Esta cansado. Sus parpados pesan, quiere quedarse estancado ahí, tal vez su conciencia no pero su cuerpo sí.
El olor a madera viaja inundando su sentido del olfato, recordando así viejos tiempos. Tiempos memorables en los que su madre aparece en sus vagos recuerdos. Vuelve a suspirar al mismo tiempo que comienza a entrecerrar sus ojos pero, la voz de su hermana lo hace despertar de un momento a otro.
—¡Alekey!— la voz aguda de su hermana se cola en todo el departamento, llegando así a su habitación. —¡Mueve tu trasero de tu cómodo asiento y termina de empacar tus calzones!— chilla. El mencionado vira los ojos, estaba cansado no quería hacer más nada.
—¡Govnó! [¡Mierda!], ¡ya bajo Alisa!— es mentira, su cuerpo sigue adormeciéndose en el sófa.
—¿Govnó? ¿Lo dices en serio?, ¡Me ocupo de casi todo como si fuera madre!— el quejido de la beta se vuelve a escuchar, con enojo claro en cada una de sus palabras.
—¡Ey! No te compares con madre—. El sonido de los pasos en el piso de abajo se dejan de escuchar, dejando sin conclusión su pelea.
Los segundos comienzan a pasar con rapidez y se escucha el sonido del tik-tak en el reloj de pared avisando que han pasado varios minutos. Debido a esto, baja las escaleras para cerciorarse si su hermana seguía con los guardaespaldas, o se habían ido en la camioneta a dejar las cajas vacías para ser donadas.
Su frustración comienza a crecer ya que en todo momento tropezaba en cada escalón, sonríe con orgullo hacia las escaleras cuando llega al ultimo piso. Volteó al frente comenzando a buscar a su hermana pero en ese preciso momento su respiración comienza a ser dificultosa, alzó su mano y tocó su pecho intentando no comenzar a transpirar. Sus nervios comenzaron a recorrer su piel dejándola erizada sin poder creer lo que veía.
El color oscuro, mezclandose con el rojo casi lo hace soltar un grito. Una caja blanca cubierta de...
Sangre.
Con los pasos acelerados y torpes comienza a correr llegando a la puerta donde el objeto se encuentra. Unas pequeñas letras se asoman dejando así una nota para el omega.
"Sería agradable tener tu presencia al lado mío. Esta noche, te espero con anhelo."
Quería llorar sin embargo, el omega solo gritó el nombre de su hermana varias veces intentando buscar a su hermana y controlar su miedo mientras tanto. Cuando no escuchó respuesta tomó su chaqueta de cuero y comenzó a buscar las llaves de su auto, sus manos temblaban. Sus pasos eran torpes, descolocándolo y frustrándolo con facilidad.
