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"Perdón por las mordidas, es la primera vez que pruebo el cielo"

-Germán Renko.



-Germán Renko

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—¿Qué te sorprende tanto alfa?, si a partir de ahora todo lo tuyo será mio—Alekey sigue incorporando la bebida en la copa mientras resta importancia a las palabras que ha dicho.

Alisa había hecho comprender rápidamente las ventajas que traía ser el prometido de Lev. Sin embargo, Alekey no distaba de estar seguro de aquella decisión. Un compromiso, ¡Con un alfa!

Las feromonas del alfa estan esclavizando a su poca mesura, es una tiranía ser un omega que hasta este punto, no se puede comportar debidamente con la presencia del dueño del empireumatico.
Un rayo impacta con fuerza fuera de la ciudad, el omega pudo mirar como el cielo se iluminó cuando este cayó en el mar. La gran vista que el ventanal tiene esta gratamente a su medida.

El olor denso del tabaco complace la oficina, el sonido bajo de las gotas tocando el vidrio amenizan todos los pensamientos del omega.
El alcohol pasa por su garganta, arde como pocas veces pero deja de ser pesado cuando siente su sabor reconciliar sus emociones; un sabor agridulce se cola con rapidez.

—Grata respuesta, prometido— dijo Lev con voz melódica. Alekey volteó perdiéndose la compostura del hombre, su blanca mano sostiene el cigarro como si danzara con ella, el humo desprende de los labios del alfa y el omega se perdió cautivado al mirarlo.

La risa hipnótica del pelinegro trae al ojigris de vuelta, sirviéndose otro trago de vodka ante el sentimiento de vergüenza, escucha como el alcohol cae mientras observa como los labios ajenos se hacen dueños del filtro del cigarro. El alfa se levanta y se apresura en llegar al omega, sus cuerpos quedan a pocos centímetros y Alekey tiene que alzar la mirada para seguir viendo la mirada indescifrable frente a él.

—Lo derramaras—dijo Lev y Alekey da media vuelta al ver como el vaso está lleno de la sustancia transparente.

El alfa deja su cigarro en su cenicero y cuando el pelirrojo tapó el vodka lo guardó en su estantería. Pensamientos irrevocables amenazaban su imaginación, instandose a perderse en varios segundos de los hechos frente a él, Alekey cree que está amenazado sin embargo no hay prueba suficiente de ello, lo están manipulando.

Alekey da un sorbo a la bebida y dejando el vodka en el escritorio se estremece al sentir el aliento del alfa en su cuello, observa como el mayor guarda el vodka en el estante y se sonroja.

—Las feromonas que emanas cuando me acerco a ti me dicen más que tus palabras—susurra el alfa acercándose más hacia el menor— cariño, no tengo intenciones de tocarte.

—Como si quisiera..

Con una sonrisa victoriosa Lev se aleja y escucha las incoherencias que Alekey dice en voz baja, al parecer esta molesto. Escuchó como el vaso es fuertemente colocado en el escritorio y observa como Alekey se lo había tomado todo debido al enojo.

DusháDonde viven las historias. Descúbrelo ahora