Cuando las estaciones cambian

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-Jessica pero ni si quiera has probado bocado.- decía mi madre mientras retiraba los platos de la mesa faltantes.

-No tengo mucha hambre, me quede toda la noche estudiando para la prueba final.

-Pero para llegar tarde anoche si tuviste tiempo.-recrimina mi padre mientras hace sacar varias sonrisas cotilleras a mis pequeños hermanos menores. Esas dos pequeñas masas rubias que a la corta edad de tres años se han visto en la necesidad de hacer mi vida más difícil sin contar la existencia de la otra mitad del clan.

-Ya te dije que había estado estudiando con Dianne y Anne después de clases y se nos hizo tarde.-suspire por último y me levante a ayudar a recoger los platos.

-No quiero enterarme que estés de nuevo perdida en el bosque escribiendo quien sabe que cosas.-decia mi padre con disgusto y tratando de no arrugar el periódico de la mañana con sus movimientos bruscos.

-¿Historias románticas?-respondo confusa alzando una ceja.

-Precisamente, no estas en la edad de hablar de niños.-me mira de reojo.

-Pero papá, ni siquiera tiene nada que ver con ellos, los chicos de ahora no tiene comparación con los de los libros de cariño.

Y no es que solo nos reunieramos solo las chicas en medio del bosque a escribir sobre  historias, si no que podíamos hacer lo que quisiéramos y hablar sobre todo y que nadie estuviera cerca pero obviamente no se lo diría a mi padre, ya que los que hacemos es muchísimo peor.

-¿Por que lo dices, tu ya intentaste...

-No papá que dices, apenas y los veo.-intento hacerme la digna pero es la verdad, no es tan difícil darse la vuelta con la clase de prospectos masculinos que tenemos aquí.

-Sigue así, no quiero volver a sufrir todo lo que sufri con tu hermana

-No es mi culpa que ella se hayan enmarañado con un soldado y después el...

-Basta, no les basta con repetirlo cada segundo. Alistate por que ya me dijo el Sr. Phillips que has tenido tres retardos solo esta semana. -recrimina mi madre por último mientras termina de servir el té de mi padre.

-Ya te dije que Billy Andrews me tira huevos y tengo que regresar a limpiarme.

-Pues para la otra regresas para la escuela pero no vuelves a llegar tarde.

Estúpido Billy, tiene que haber una manera de vengarme de el y que le quede de lección para que ya no se meta conmigo.

Sin tomarle mucha importancia a lo que dijeron mis padres salí de la casa con mis pertenencias, a los lejos vi que habían varias cubetas que retenian la lluvia de la cabaña para la leña y se ocurrió un plan enseguida.

Tomate tu tiempo Jesse, no te apresures y sobre todo no tiembles. De alguna manera me las había arreglado para mantener un balde de agua sobre un árbol y esta débilmente sujetado por una cuerda que espera ansioso a su primera víctima.

Oh Billy hoy me cobras todas, lo veo caminar a la distancia y mejor aun, viene con el grupo entero de idiotas que disfrutan levantarnos las faldas a las chicas por diversión. Espero el momento preciso y justo deslizo la cuerda de mis manos, rociando así a cada unos de los chicos de agua sucia. Mierda, el corazón se me acelera a tal punto que me nubla la vista y me deja corriendo en automático hacia la escuela. No veo que nadie me siga pero eso no evita que vaya más lento, esto no se sentía bien.
Por fin veo algo a la distancia la escuela y cuando estoy por dar mi primer paso al inicio de mi día, se me hes detenido por un fuerte jalón que me atrae hacia el suelo. El dolor me invade por unos segundo e intento visibilizar que esta pasando.
Llega distinguir a mis alrededores a Billy y todo su grupo de tontos.
Intento no entrar en pánico pero aun así me hes inevitable no hacerlo.

-Oh Jesse boba acabas de cavar tu tumba.-escucho su voz retonar en mi cabeza y me recorre un escalofrío al notar un tono distinto a su voz que normalmente conozco.

-Tu ya lo habia hecho muchas veces, tenia que cobrate de alguna manera.-recrimino intentando levantarme lo más rápido posible y sintiéndome algo mareada debido al golpe.

-Veras linda, si tu me hubieras hecho solo la broma a mi, no pasa nada. Pero mis amigos que ya los conoces, ellos no y quieren venganza.- lo que dice sinceramente me causa terror y mas que me ganan en numero y en posibilidades de que me libre de esta ahora.

-Asi que empieza a dar ideas de como puedes pagar.

-No tengo dinero ahorita, mis papas acaban de...

-No Jesse mira ese no es el problema, como puedes ver a ninguno nos falta el dinero.-dice acercándose más a mi.

-Puedo hacer su tarea..- empiezo a dar como idea pero el empieza caminar lentamente alrededor de mi y cuando llega por sobre mis espaldas empiezo a sentir como toca mi cabello.

-No me parece, que más tienes que ofrecer.- y es esta vez que siento su respiración cerca de mi y empiezo a hiperventilar, su cercanía me pone demasiado nerviosa.

-Puedo cargar sus mochilas y ...

-¿Jesse?-reconoceria esa voz donde sea que fuera y no permenecia a ese grupo.

-Gylbert, amigo cuanto tiempo.-afirma animado mientras gylbert se le queda viendo a todos de una manera extraña y una vez que conecta su mirada con la mía ya no la despega de ahí.

-¿Todo bien Jesse?-dice aun sin despegar  sus hermosos ojos de los míos, sin duda que había cambiado desde la última vez que lo vi. Gilbert aunque podría decir que es uno de los mejores estudiantes, faltaba todo el tiempo, supongo que sabia aprovechar el tiempo mejor que tuviera con su familia.

-Puedes creer lo que nos hizo esta perra, estábamos a punto de cobrar nuestra venganza.-y aunque Andrews lo decía con bastante fuerza todo ella desaparecia cuando chocaba su mirada con Gilbert.

-¿Que le hiciste para que ella tenga que hacer esto?

Querido Gilbert BlytheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora